9 de septiembre de 2011

Demasiado intolerante



MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com



Molesto ante las intromisiones de su gemelo en su ocupada vida privada, Tom Kaulitz únicamente le dedicó un bufido de fastidio a su hermano menor antes de presionar el botón en el cual se leía "Estacionamiento" en el panel de control del ascensor del edificio.

Harto de que no sólo Bill sino todo su grupo de amigos intetara meterse en sus asuntos, el hombre de ojos castaños y trenzas negras comenzó a preguntarse por qué simplemente sus allegados no podían entender que lo que sentía por una de las modelos más hermosas del mundo hacía que se perdiera comidas con ellos, salidas con sus padres, tiempo de calidad con su hermano e incluso contratos importantes con diferentes marcas y sellos discográficos dada su recién adquirida impuntualidad y falta de compromiso, eso sí, lo que nadie era capaz de entender es que el tiempo de Annya Nikova, alguien que se la pasaba volando de un país al otro la mayoría del tiempo, le parecía preciado al guitarrista de Tokio Hotel, especialmente aquél que podía brindarle a él.

Preguntándose internamente cómo todos los suyos podían ser tan irrascibles, apenas y se dio cuenta cuando el cubículo del elevador emitió un pitido musical, el cual le indicaba que finalmente había llegado al piso en el cual se guardaban los aerodeslizadores propiedad de los inquilinos del carísimo edificio de departamentos de lujo. Pensando cuidadosamente en las tácticas a las que tendría que recurrir para convencer a Bill de que volviera a estar de su lado y no en su contra, el alto hombre se dio cuenta, por un ínfimo instante, que el hecho de salir con Annya le estaba brindando problemas que no tenía cuando estaba solo o, en todo caso, cuando de cuando en cuando se iba de cita con alguna novia ocasional, pero no hubo acabado de llegarle el pensamiento a la cabeza cuando rápidamente él mismo lo  borró de su mente, diciéndose a sí mismo que eso era ridículo. 

Era cierto: tenía más complicaciones ahora que las sufridas anteriormente, no sólo en el campo emocional de su vida, pero él mismo las aceptaba como algo natural. Pensaba, equivocadamente, que para que el amor fuese verdadero tenía que existir cierto dramatismo en él: ya fuese encarnado como largas distancias entre los amantes o en forma de rechazo social. Para Tom Kaulitz, todas las penurias que atravesaba por pasar aunque fuesen cinco minutos con la que era la luz de sus ojos valían la pena. Es más, le parecían pocas. Se consideraba a sí mismo privilegiado por el hecho de tener una dificultad tan "minúscula" como lo era su familia y agradecia inmensamente que no fuese otra cosa, como una enfermedad o un impedimento económico.

Alegre ante la perspectiva de que ganaba con Annya más de lo que perdía con sus amigos y su hermano, el guitarrista de Tokio Hotel se subió feliz a su aerodeslizador, el cual mandó a traer colocando su dedo pulgar en un contacto táctil de reconocimiento por huella digital. Ahí, encendió el motor, ansioso por finalmente llegar al pent house de ella, para tomarla entre sus brazos y hacer con ella aquellas cosas que Bill le había arrebatado el día anterior con su llamada.

-¿Annie?-preguntó la masculina voz a través del holocomunicador, al darse cuenta de que la mujer de la imagen no lo observaba a él en absoluto.

-¿Qué quieres, Thomas?-respondió ella con desdén-Y ya te dije un millón de veces que no me llames "Annie"-

-Lo siento, cielo-se disculpó él-Lo que pasa es que iba para tu casa y me preguntaba si nosotros... si podríamos...-

-Apúrate antes de que cambie de opinión-sentenció Annya Nikova, antes de cortar la holollamada.


No hay comentarios: