7 de septiembre de 2011

Nadie comprende



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Acostado en su cama, Bill Kaulitz únicamente escuchó el pitido del despertador que había programado dentro de su cabeza y, asustado, pegó un brinco a causa del sobresalto. Aturdido, miró al reloj para darse cuenta de que no era la alarma que él había configurado hacía semanas atrás, sino un mensaje de Georg; para su sorpresa, no sólo la alarma se había desactivado, sino que ya era tardísimo y, para esas horas, él ya debería haber estado sentado en una junta con CherryTree y Universal, para discutir los términos de su nuevo disco.

-¡Maldita sea...!-gritó el vocalista, antes de levantarse de un salto de la cama. Como pudo, avanzó a trompicones hasta el vestidor, medio dormido y medio despierto al mismo tiempo, buscando entre los cajones algo decente que ponerse.

Para su buena suerte, inmediatamente halló unos jeans que le resultaban de lo más cómodos, se los puso junto con una playera gris de rayas que encontró a primera mano, se colocó por encima una sudadera cualquiera y salió, su cabello despeinado y su cara sin lavar, a la cocina, dispuesto a comer algo antes de hacer cualquier otra cosa, pues su estómago rugía de hambre.

Ahí, se apresuró a apenas tomarse un vaso de leche, que sacó del refrigerador que él mismo había llenado de víveres la semana pasada, y se preparó un baguel rápido. Apenas había acabado de colocar la tapa del mismo, Tom salió del pasillo que llevaba a su recámara, medio corriendo y medio caminando, volteando hacia todos lados como despistado.

-¿No viste mi saco?-le espetó a Bill, sin siquiera volverse a mirarlo, mientras oteaba por toda la habitación en busca de su saco favorito: un enorme DsQuared2 negro.

-No-le respondió el pelinegro a su hermano mayor-¿Te lo vas a poner para ir a la junta?-

Cocina de los Kaulitz
-¿Qué junta?-exclamó Tom, observando al hombre en la cocina como si éste hubiese perdido el juicio-¿De qué hablas?-

-De la junta que tenemos hoy con CherryTree y Universal-le recordó el menor de los hermanos Kaulitz, al borde de su tolerancia-Te insistí en que no la fueras a olvidar toda la semana pasada, es muy importante para la banda-

-¡Agh! ¡Carajo! ¡Es cierto!-maldijo Tom, cerrando los ojos fuertemente a causa de la frustración que sentía, mientras se daba un golpe en la frente con la palma de su mano-Lo olvidé por completo: no voy a poder ir-

-¿Qué?-escupió Bill, fastidiado de verdad-¡Thomas! ¡Te lo dije!-

-¡Tengo otro compromiso!-se excusó el guitarrista de Tokio Hotel-¡Lo siento mucho! Ve tú-

-¡Siempre voy yo!-se quejó el delgado hombre, el mismo que sostenía un vaso con leche entre sus manos-¡No me digas que ni siquiera vas a...!-

-¡Me tengo que ir!-gruñó Tom, sabiendo que Bill iba a comenzar a recriminarle más cosas. Olvidando el saco por completo, abandonó el departamento sin siquiera despedirse, dejando atrás a su hermano con las palabras en la boca.

-Siempre es un placer conversar contigo-musitó resentidamente Bill, una vez que se hubo quedado solo. Sabiendo que no tenía tiempo ya ni siquiera para esas cosas, se terminó de tragar el bocado que se había metido a la boca y corrió a lavarse los dientes antes de salir por el mismo ascensor que había utilizado su hermano apenas minutos atrás.

Enfadado, el vocalista de Tokio Hotel no podía entender cómo, de los últimos meses hacia la fecha, su gemelo se había convertido en todo un imbécil, por llamarlo de manera cordial. Desde que salía con Annya Nikova, sus preocupaciones y prioridades habían cambiado por completo y ahora no se aparecía por el estudio para grabar si no era porque su novia estaba muy ocupada para verlo, indispuesta o porque salía de viaje cada cinco minutos. Frustrados, los demás miembros de la banda se lo recriminaban al mayor de los hermanos Kaulitz cada que podían, sin embargo, a éste parecía no importarle, ya que seguía haciendo de las suyas faltando a los ensayos, a las grabaciones, no apareciéndose a las entrevistas ni a las firmas de autógrafos.

Resignado, Bill soltó un suspiro por lo bajo, sabiendo que, por el momento, las cosas no iban a cambiar y su hermano, el mismo que le había prometido hacía dos noches que ya iba a cambiar, además de que lo iba a acompañar ese día a la junta y después a buscarse un nuevo delineador, simplemente había vuelto a ser el mismo de antes, la mascota de Annya Nikova.


1 comentario:

Itzel dijo...

Jajajajajajajajaja

Pobre Bill, todo histérico, demasiado alarmado por el retraso. ¿Por qué a veces uno se despierta con tan mala pata que la mayoria de las cosas luego, hasta parece se ponen de acuerdo para salir mal?

Jajaja óomo amo eso, a fin de cuentas, era para acomodar algo



Muy buen capi!


Todos apresurados, y el despistado de Tom ni siquiera se acordaba, y prefirio a la novia Pff! ¡Ay, ese niño!


Genial!


Besos!




S.K