4 de diciembre de 2011

Competitiva


Competitiva by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

De pié en el set fotográfico frente a Patrick Demarchelier, ambas mujeres se miraron de manera competitiva. Desde hacía un par de semanas sabían de la existencia de la otra y aquello les causaba conflictos pues la segunda de ellas, una recién llegada de Australia, comenzaba a ganarle a la rusa su lugar como preferida en las editoriales. Con un rostro difícil de ignorar y un cuerpo de miedo, la pelirroja comenzaba a sacarle la delantera a una mujer ligeramente más bajita que ella, de cintura pronunciada, piernas infinitas y sonrisa blanca como la nieve.

Desde el primer momento en el que se vieron, se odiarion. Sabían que la otra era casi tan perfecta como ella misma, así que aquello les causaba un enfado de sobremanera soportable. Les producía una sensación de molestia saberse compitiendo por ver quién era la favorita de los fotógrafos, la que obtenía mayor cantidad de participaciones en campañas publicitarias o peticiones por parte de los diseñadores para que se convirtieran en portavoces de tal o cual fragancia. Exclusivas como eran, se daban el lujo de contestar a contadas de estas peticiones, siempre cuidando sus reputaciones, mas, internamente, intentaban acumular el mayor número posible.

Ahora, cara a cara, reclutadas por el mismo maestro de la lente, se encontraban cada una cubierta por un atuendo extravagante y distinto. Consciente de su rivalidad y de lo mucho que le gustaba trabajar con ambas, el osado francés se atrevió a reclutarlas para una misma editorial en la VOGUE americana próxima a salir el mes siguiente. Observándose con odio, ninguna podía despegar la mirada de su contrincante.

 -¿Estamos listos?-preguntó el hombre de cabello cano y sonrisa carismática, acomodándose tras su costosa cámara, listo para capturar cada detalle del visceral odio que se tenían la australiana Frances Scarlett Umbrose y la rusa Annya Nikova.

-Lista...-rumió Nikova primero, mirando agresivamente a su contrincante, aquella intrigante pelirroja que tantas oportunidades de trabajo le había arrebatado en las últimas dos semanas.

-Lista...-sonrió Umbrose descaradamente, sabiendo bien cuánto le enfadaba a aquella personita de 1.72 de estatura saberse superada por una principiante como ella.

Apenas hubieron acabado de hablar, ambas se colocaron en posición sobre el set de color negro, ambas deslumbrantes, adoptando poses abiertamente hostiles hacia la otra. Sorprendido por la intensidad que transmitían las imágenes de ambas, Demarchelier se encontraba extasiado. Al borde de la locura, se deshacía click tras click, dejando parte de su alma en cada una de aquellas fotografías. Mientras tanto, las dos modelos se movían de las maneras más exóticas, provocando a la cámara con cada uno de los giros que daban, capturando cada detalle de la escencia de cada vestido que se les colocaba encima. Así, la sesión duro un aproximado de cinco horas, cuando estaba programado para tardar, máximo, tres. Fascinados, la mitad del departamento de fotografía de la revista observaba embelesado a ambas criaturas.

Finalmente, una vez que hubieron derrochado toda su energía en aquella salita de gusto minimalista, la rusa comenzó a jadear, verdaderamente exhausta, a causa de la entrega con la que había trabajado ese día. Desde que tenía memoria, jamás había derrochado tantas emociones para una cámara. Umbrose, en cambio, se encontraba perfecta, como si pudiese haber seguido haciendo lo mismo el resto del día. Recargando las palmas de sus manos en sus rodillas huesudas, finalmente la mujer de cabello castaño miel comenzó a reírse audiblemente, para sorpresa de todos los presentes, mientras su cuerpo se sacudía, presa de la risa. Extrañada, Frances la miraba con la fascinación escrita en su rostro.

-Está bien...-siguió riendo Annya, hasta que finalmente levantó el rostro hacia la pelirroja que tenía frente a sí-Tú ganas-

Sin poder evitarlo, una sorprendida Frances se echó a reír con ella, haciéndole coro con sus risitas agudas y melodiosas como repicar de campanas, hasta que se aproximó a la rusa de ojos verdes, extendiendo su mano para que ésta la tomara.

-Decláralo mejor un empate-propuso Umbrose, ayudando a la delgada ex novia de Tom Kaulitz a ponerse de pié-Ven, salgamos de aquí, estoy exhausta y hambrienta-

-Ya somos dos-repuso Annya, apoyándose en la mano de Frances hasta que se encontró completamente en pié de nuevo-¿Quieres que vayamos a buscar algo de comer juntas?-

-¿Por qué no?-inquirió Frances, retórica, comenzando a caminar al lado de Annya hacia los vestidores para volverse a poner su ropa habitual-Yo invito-


1 comentario:

Itzel dijo...

¡O sea explíquenme!

Primero se matan con la mirada y luego andan de la manita O___o

No cabe duda: Las mujeres somos bien raras XD Primero nos odiamos y luego nos amamos


S.K