21 de diciembre de 2011

El Evento



El Evento by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

-¡Frances! ¡Frances! ¡Por aquí! ¡Regálanos unas palabras! ¿Es cierto que piensas incursionar en el negocio de la música?-le gritaban distintos reporteros a la criatura, quien únicamente se dedicaba a observarlos en silencio, sonriéndoles a todas sus cámaras, apareciendo perfecta en cada una de las fotografías. Con sus pequeñas manecitas blancas, saludaba a diestra y siniestra, sin contestar a una sola de sus declaraciones. Al lado de ella, aproximadamente treinta centímetros, otra mujer se encontraba gozando del dulce sabor de la fama y la atención de los medios de comunicación, enfundada en un llamativo vestido verde de Tom Ford.

Vestido de Annya
Mientras tanto, a pocos metros de ambas, se encontraba una limusina de lo más elegante, una Hummer de color negro carbono en la cual viajaban seis personas. Sentados en sus respectivos asientos, esperaban pacientemente para poder bajar del aero, todos menos uno, quien miraba por la ventana impaciente, buscando entre la multitud la encendida mata de cabello pelirrojo. Sentado frente a su hermano menor, el guitarrista se encontraba golpeteando con el pié el suelo alfombrado que había debajo de él, al borde de la paciencia.

-¡Por qué coño esto no avanza más rápido!-se quejó Tom Kaulitz, entre sus amigos, mientras los seis esperaban a que les llegara su turno de bajar a la alfombra roja del evento.

-Porque hay mucha gente, Thomas-le respondió su gemelo, con su brazo en torno a los hombros desnudos de Alice-Y por favor no hables así-

-Yo hablo como me da la gana...-musitó el enfadado músico, cruzándose de brazos en medio de un berrinche digno de un niño de cinco años. Frente a él, Hagen lo miró con enfado, intentando ser paciente con él; desde antes de salir de casa no se había sentido muy bien y ahora, con tantos flash de cámara destellando por todas partes, el bullicio y el movimiento se sentía aún peor.

-Bájale dos...-le advirtió el mayor de los integrantes de Tokio Hotel, apoyando su cabeza contra su puño cerrado. Enfurruñado, Tom apenas y le hizo caso; sin embargo, sabía que la advertencia iba en serio.

-Sólo quiero bajarme de aquí...-murmuró Tom de último, antes de que el aero comenzara a moverse, por fin. Emocionado, la sonrisa que Tom había mantenido toda la semana previa al evento volvió a aflorarle, al mismo tiempo que sus ojos recorrían la alfombra roja de cabo a rabo, buscando alguna seña de ella. Apresuradamente, el productor musical se volvió hacia uno de los espejos que había dentro del aero y de manera precipitada examinó su reflejo en él antes de sonreírse a sí mismo-Carajo... pero que guapo estoy-

Kourtney Kardashian
Calmados al ver que el hermano mayor de Bill había recuperado su egocentrismo natural, todos se sintieron más tranquilos, conforme los motores debajo de ellos hacían que el ligero armatoste de metal en el que venían subidos avanzara cada vez más rápido. Inquieta, Alice volvió su rostro hacia Bill, quien miraba por la ventanilla. Cohibida ante tanta atención, sentía unas ganas enormes de salir corriendo de allí.

-¿Corazón?-llamó a su pareja, quien volteó de inmediato al escuchar la voz de su amada.

-¿Sí, cariño?-respondió él de manera solícita.

-¿Realmente tengo que estar aquí?-inquirió la humanoide, con gesto compungido. Enternecido ante la expresión de su rostro, Bill tomó las manos de ella entre las suyas, en un intento de conferirle seguridad.

-No, si no quieres-contestó Bill, temiendo por un momento que Alice fuera a decidir marcharse-Sin embargo, significaría mucho para mí que te quedaras-

Ante semejante declaración, la criatura de cabello negro supo que no tenía más opción que quedarse allí con él. Era consciente de que él no la estaba obligando a permanecer ahí en contra de su voluntad, mas quería agradarle y si para lograrlo tenía que soportar unos cuantos minutos de una atención excesiva, podía lidiar con ello.

-Está bien-respondió la humanoide, haciendo un intento por sonreír-Creo que puedo intentarlo, por ti-

-Muchas gracias-replicó él, besando a su hermosa novia en sus labios discretamente pintados por Natalie.

-¡Hey, tórtolos!-les gritó Tom, llamando la atención de ambos-¡Ya vamos a bajar, muévanse!-

Mentalmente, los seis miembros del clan Tokio que se encontraban ahí comenzaron a prepararse para el momento en el que sus pies tendrían que tocar la alfombra roja, soportar el flasheo de las cámaras frente a ellos y sonreír encantadoramente a todo aquél que los mirara.

-Uno, dos...-contaba en voz muy baja Tom, respirando profundamente.

-¡Y con ustedes!-exclamó la vocecita de Kourtney Kardashian, quien se encargaba de presentar a aquellos que llegaban a la alfombra roja-¡Tokio Hotel!-

Vestido de Alice
Apenas se hubieron abierto las puertas de la limusina que transportaba a Tom y el resto de sus amigos, unas luces se dispararon por todo el complejo cubierto de espejos en su exterior, iluminando la noche negra. Destellos blancos y negros comenzaron a expandir su fulgor por todo el firmamento, mientras todos los cristales del edifico, que en realidad eran pantallas, enfocaron los rostros de los cuatro miembros de la banda alemana, en sus más recientes videos musicales. Encantado ante tanta atención, Tom fue el primero en bajar, al son de "Ready, set, go!", para después abrirle paso a su hermano gemelo, quien tardó en abandonar el vehículo ayudándole a Alice a bajar. En cuanto la criatura hubo tocado el suelo con sus ligeros tacones del mismo color que su vestido, de un azul brillante, pasó algo que todos los integrantes del clan Tokio habían previsto.

En cuanto las cámaras enfocaron el hermoso rostro de ojos grandes de la humanoide, la novia de Bill, los lentes de todos los fotógrafos no pudieron despegarse ya de ella y la atención de todos los presentes, inclusive la de Kourtney Kardashian, se vio enfocada en la infernalmente hermosa criatura, a la cual nunca habían visto antes tan de cerca. Enfundada en un hermoso vestido de Elie Saab, robaba el aliento con su sola imagen. Aturdida ante tanta atención, Alice permaneció completamente estática durante un momento, sintiendo un extraño rubor subir a sus mejillas, al mismo tiempo que su novio la tomaba de la mano.

-Ven, Alice; tenemos que movernos de aquí-le susurró de manera sutil, comenzando a avanzar con ella. A trompicones, la bella criatura dio su primer paso, antes de caminar con naturalidad de nuevo.

Vestido de Phoebe
Durante un momento, a la humanoide le dieron unas tremendas ganas de abandonar el complejo, salir de allí y olvidar todo lo sucedido. Sabía que podría recorrer el globo entero en menos de un minuto; entonces, ¿Qué sería para ella huir de ahí? Calculando sus posibilidades de escapar, Alice volvió su mirada hacia atrás, en donde se encontró con el rostro afable de Phoebe, quien sonreía timidamente para los ahí presentes. 

Al sentir la mirada de la novia de Bill sobre ella, la pareja de Gustav miró durante un momento a la humanoide, para dedicarle una sonrisa de aliento. Sintiéndose más tranquila ante ese gesto, Alice se convenció de que si Phoebe, que normalmente solía odiar los vestidos largos y se cohibía frente a muchas personas, podía usar un atuendo de la misma marca que el suyo, soportar verse tan llamativa con el color rojo de su vestimenta y sonreír para muchas personas que no conocía a pesar de su personalidad introvertida, ella también podía. Segura de sí misma, sujeto con más firmeza la mano de Bill, quien se volvió a mirarla extrañado ante aquél gesto. Posteriormente, se dedicó a posar para las cámaras que había delante de ella, como nunca antes lo había hecho.

Mientras tanto, a unos cuantos metros de Alice, Bill, Phoebe, Gustav y Georg se encontraba una mujer enfundada en un elegante vestido azul de gasa, ya casi al final de la alfombra roja, con otras modelos que habían venido con ella. Mirando distraídamente a la gente que pasaba frente a ella, fijó su vista a la distancia, en donde encontró algo sorprendente.

A pocos metros de ella, un hombre se movía entre la multitud, posando ocasionalmente para las cámaras y en otras ocasiones con un grupo de hombres y mujeres que venía detrás de él. De piel bronceada, barbilla fuerte y rostro de rasgos delicados, le llamaron la atención de inmediato sus ojos, misteriosos y fulgurantes, de un hermoso tono castaño. Resultaba curioso ver la extraña mezcla de su vestimenta, misma que permitía apreciar los hombros anchos de él mediante un saco y un sencillo pantalón de vestir un tanto holgado. Con su mar de trenzas negras sueltas y en torno a su rostro, se notaba aún más arrebatador bajo la luz en la que se había colocado, como si acabase de salir de un sueño. El sueño de Frances Umbrose.

Monika "Jac" Jagaciak
-¿Jac?-llamó Frances a su compañera, la que se encontraba más cercana, con la voz entrecortada a causa de la incredulidad. Él era simplemente perfecto, lo que siempre había soñado para ella; inclusive antes de nacer.

-¿Hm?-respondió la modelo, aproximándose a Umbrose, quien permanecía estupefacta ante la visión de ese hombre.

-¿Quién es él?-inquirió la modelo australiana, apuntándolo discretamente con su dedo índice.

-Se llama Tom, Tom Kaulitz-contestó Monika Jagaciak, sonriendo hacia la banda alemana, que iba avanzando rápidamente hacia ellos-Es guitarrista-

-Guitarrista...-repitió la pelirroja en voz muy baja. Como si lo hubiera invocado, Tom giró involuntariamente su rostro hacia Frances, donde la observó durante largos segundos con aquellos ojos que a la australiana le habían parecido tan fascinantes. Avergonzada, la modelo volvió su mirada hacia otra parte, sintiéndose estúpida por haber sido tan evidente.

-Aha...-musitó una voz, saliendo detrás de Umbrose, sacándola de su estupor-Ya llegó-

-¿Quién?-inquirió la australiana de inmediato, queriendo distraerse del incómodo momento por el que acababa de pasar.

-Tom-enunció Annya Nikova con voz decidida, observando a lo lejos a su objetivo. Demasiado distraída como para prestar atención, la pelirroja al lado de Annya apenas y escuchó lo que esta dijo.

-Ah... que gusto-replicó sin emoción alguna la modelo, jugueteando con los volantes de su vestido-¿Podemos meternos ya? Hace un poco de aire aquí afuera-

-Estoy de acuerdo-concordó Jac, sus ligeros brazos descubiertos-Vamos adentro. ¿Vienes, Anny?-

-En un segundo estoy con ustedes...-musitó Nikova, antes de echarse a andar hacia Tom, quien ya había divisado a su adorada Frances a la distancia y ahora se disponía a entablar conversación con ella. Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarla, una voz lo llamó, molesta a sus oídos.

-¡Tommy!-chilló la exigente voz de Annya, saliendo detrás del mayor de los hermanos Kaulitz, quien se giró rápidamente en redondo, sorprendido, para dar con ella. Enfadado ante el hecho de tenerla ahí, no se le había ocurido que también podía toparse con ella.

-¡Annya!-exclamó Kaulitz con desagrado, guardando su distancia entre la impertinente criatura y él. ¿Por qué se le ocurría aparecerse justo en el día en el que iba a conocer a su amor perfecto?-¿Qué haces aquí?-

-Vine con unas cuantas personas de Elite-se explicó la modelo, cosa muy extraña en ella-Nos enviaron las invitaciones y... decidimos asistir-

-Ah... que gusto...-musitó éste distraído, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón, gesto que indicaba la incomodidad que sentía. Al darse cuenta de esto, la escultural mujer que tenía frente a sí se acercó a él, acortando la distancia entre los cuerpos de ambos.

-¿Viniste... solo?-quiso saber la morena, mirando al que fuese su novio con una mirada a la que, sabía perfectamente, él no podía ignorar.

-No, con mi banda-contestó el guitarrista, aún sin prestarle atención a la personita que tenía enfrente. Cada vez más enfadada ante la poca importancia con la que Tom la trataba, Annya comenzó a perder la paciencia; sin embargo, se recordó a sí misma la importancia de aquella "misión de recuperación", como había denominado lo que estaba planeando con respecto al mayor de los Kaulitz. Retomando el control de sí misma, respiró profundamente antes de volverse a dirigir a él; esta vez, tomando sus manos entre las de ella, cosa que le causó extrañeza al músico.

-Escucha, Tommy...-comenzó a hablar, con tono de voz pausado, delicada y suave-Hay algo de lo que quisiera hablar contigo; claro, si tú quieres. ¿Te parecería bien si vamos por unos tragos al salir de aquí?-

-Yo creo que no, tengo algo más importante que hacer-afirmó Tom con toda seguridad, antes de echarse a andar, dejando a Annya plantada a la mitad de la alfombra roja, con la expresión estupefacta y su cabeza a punto de estallar a causa del coraje. Mientras tanto, el guitarrista se movía entre la gente, tratando de alcanzar a aquella cabecita roja que, finalmente, se había quedado estática entre la multitud.


1 comentario:

Itzel dijo...

Tssssssssssss... Botaron a la pobre Annya :S

A ver, a ver, a ver... como que hay algo que no entendí... ¿A Umbrose le gustó el trenzudo o qué?... Ö Si es así, ¡No me lo creo!

Otra cosa, otra cosa, otra cosa: ¿Se van a encontrar las humanoides? ¿Vamos a ver sangre? XD

Bueeeeeeno, eso no creo que haya mucho, en plena gala, pero... ¿Ya se van a ver?...

¡Dimeeeeeeeeeeeee!

Muy bueno!

Besos!



S.K