8 de febrero de 2012

Maravilla


Maravilla by Diana Harlu Rivera on Grooveshark



Lentamente, de la misma manera en la que la marea acaricia la arena en el mar, la luz solar que irradiaba el astro rey fue expandiéndose a lo largo de la habitación, un paso a la vez, siguiendo un compás invisible que pronto llenó toda la recámara de lujosos interiores. Dentro de la misma, un hombre de rasgos atractivos dormitaba, inconsciente de lo que sucedía fuera de sus sueños, con una respiración tranquila y pausada, propia de aquellos que descansan en paz. 

En cuanto la tibia caricia de los rayos dorados tocó sus párpados y comenzó a calentarlos cariñosamente, él fue abriendo delicadamente sus ojos, sus pupilas impactadas por toda aquella luminosidad; grande fue su sorpresa cuando, a su lado, en el suelo de la habitación en la que se encontraba halló un cuerpo, de hermosas proporciones y deliciosa curvatura, que reposaba al lado del sofá en el que él había pasado la noche. A escasos centímetros de sí, el océano de cabello pelirrojo y ensortijado se extendía de manera finita sobre la alfombra de color arena, haciendo que el contraste entre ambos colores, el primero de ellos transformado de mil maneras diferentes debido a la incidencia de la luz, resultara completamente encantador.

Envuelta en la elegante maraña de gasa negra que había vestido la noche anterior, la criatura respiraba de manera suave, frágil como una florecilla silvestre al viento. Enternecido ante semejante imagen, el músico, quien no podía quitarle la mirada de encima a la encantadora y fascinante mujer que tenía frente a sí, recordó un fragmento del libro "El amor en tiempos del cólera" de Gabriel García Márquez en el cual el autor explicaba que había actos que "sólo podían hacerse por amor". Así pensaba Tom Kaulitz de la escena que se encontraba contemplando. 

Actuando con precaución para no despertarla, el guitarrista se las ingenió para bajarse del sofá sin hacer un solo ruido y al mismo tiempo sin siquiera tocar a Frances Umbrose. Una vez que se encontró en el suelo, la tomó en brazos de manera cauta, comprobando lo ligera que era para posteriormente encaminarse con ella hacia su dormitorio, del cual abrió la puerta en un completo y ceremonioso silencio, mismo que utilizó para acostarla en su cama, abrigándola de paso con las cobijas más suaves que encontró. 

Una vez que todo aquél conmovedor espectáculo terminó, el productor musical se dirigió a la cocina, con la firme disposición de, por primera vez en mucho tiempo, cocinar un desayuno decente. Sabía que la chica estaría muerta de hambre para cuando despertara, después de todo llevaba horas sin probar bocado, y quería sorprenderla con una buena comida. Grande fue su sorpresa cuando, en vez de toparse con el ala vacía que esperaba encontrar, halló en aquél lugar a su cuñada, quien se encontraba sentada en uno de los banquillos de la barra del desayunador, observando algún punto en la distancia.

-¿Donde está Frances?-inquirió Alice en voz monocorde, sin voltear a verlo.

-Durmiendo como un bebé en mi recámara-le contestó el alemán con voz orgullosa, incapaz de creer lo que estaba diciendo.

-¿Estás contento?-quiso saber la humanoide, cambiando de su anterior aire de seriedad a uno más alegre, que de inmediato se contagió por toda la habitación.

-Más que eso-repuso el mayor de los hermanos Kaulitz en un suspiro, tomando asiento al lado de la novia de su hermano-Es como... como un sueño hecho realidad el tenerla aquí-

-¿Y eso cómo se siente?-curioseó la criatura, enfocando sus pupilas en el hermano mayor de su novio. En el rostro del músico, se podían percibir una serie de señales faciales que el doctor Richard Vo le había enseñado a Alice a reconocer bajo el nombre de "euforia".

-Es... extraño-respondió el guitarrista, pasados unos segundos-Es en realidad una sensación muy curiosa porque... me cuesta trabajo respirar cuando estoy con ella, es como si me ahogara... sin embargo, por otra parte, cuando logro inhalar algo de aire, es como respirar después de haber pasado mucho tiempo bajo el agua. Respirar por vez primera. Y... mi corazón. Es... se siente tan diferente. Late tan rápido y... tan lento al mismo tiempo-

-¿Cómo se le llama a eso?-preguntó de inmediato la humanoide, maravillada al escuchar todas las sensaciones de las que era presa su cuñado cuando se encontraba ante la hermosa pelirroja.

-Enamoramiento-suspiró Tom, cerrando sus ojos por un momento. La luz de la mañana entraba de lleno por las ventanas de la cocina del departamento, alumbrando suavemente el rostro de Tom.

-Es curioso-sonrió Alice, al ver al hermano grande de su Bill. No importaba que tan alto o imponente pudiera ser, seguía siendo inmune igual que las demás personas al poder del amor.

-¿Qué cosa?-preguntó él, saliendo de sus ensoñaciones.

-Esto, sentirse de esta manera-comenzó a explicarse la criatura No sé si es porque no soy humana, pero... a pesar de todo lo que conozco, nunca había experimentado algo así-

-No te preocupes-la consoló el humano, extendiendo su mano a través de la mesa para alcanzar la de su inocente cuñada, que reposaba a centímetros de la suya-Nosotros tampoco, así que supongo que aprenderemos todos juntos-

Justo se encontraban así cuando, detrás de ellos, una silueta enfundada en un vaporoso vestido de gala se movió, entrando a la habitación, observando la escena de lleno. Por alguna  extraña razón que su desarrollado cerebro no llegó a comprender, súbitamente todo su cuerpo se llenó de fuego, mismo que quemaba y carcomía su razón, su pensamiento dejándola llena de toda esa energía, esa furia que no alcanzaba a entender.

-Buenos días-saludó la criatura, con voz fuerte y portentosa, llamando la atención de todos los presentes.

-Buenos días, Frances-le respondieron a dúo los interpelados, riéndose juntos por la coincidencia; cosa que enfadó más a la pelirroja.

-¿Qué tal dormiste?-preguntó Tom cordialmente, feliz de tenerla allí.

-Nada mal, gracias-respondió Umbrose, aún un poco seria, caminando para sentarse con ellos-Sólo que me preocupa...-

-Dorian, sí-terminó Alice la frase, sabiendo bien lo que iba a decir la chica-Supongo que tienes la clave de su holocomunicador. Vamos a llamarle-

-De acuerdo-consintió la humanoide de cabello ondulado, un tanto más tranquila. Al escuchar la palabra "Dorian", el mayor de los hermanos Kaulitz de inmediato puso mala cara; sin embargo, la novia de su hermano, la siempre encantadora señorita Project, se apresuró a hacerle un gesto en el cual le indicó que le explicaría después. Entendiendo de inmediato, el guitarrista se tranquilizó al instante.

De pié frente a un aparato que parecía un enorme cilindro, los tres individuos se acomodaron en una formación parecida a un triángulo, con la pelirroja Umbrose al frente, su expresión serena y sus manos apretadas en un gesto de tensión involuntaria. Al notar esto, Tom extendió su mano para tomar la de la chica, queriéndole comunicar sin palabras que todo estaría bien. Al sentir la palma de su mano entrar en contacto con la del guitarrista, la mujer se giró para mirarlo de inmediato. Durante los segundos que tardó el servicio en conectar la llamada, ambos se dedicaron a observar intensamente al otro; no fue sino hasta que el rostro atractivo del hermano mayor de Frances apareció en la pantalla cuando la pelirroja apartó sus pupilas del músico.

-Dorian-habló esta con voz calmada, medida y musical.


No hay comentarios: