5 de septiembre de 2011

Refugio





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De pié frente a un enorme edificio que se extendía delante de ellos tanto como lo permitía la vista, ambos humanoides observaron anonadados el magno complejo de paredes cristalinas y jardincitos aéreos. Sin aliento, se miraron el uno al otro, la ilusión escrita en sus rostros.

-¿Crees que sea...?-

-¿Por qué nos habría traído el aerodeslizador aquí entonces?-inquirió Alice, contestando de alguna manera la pregunta de Briant. Sonrientes, ambos se volvieron para observar de nuevo el bloque reluciente.

Edficio Adhler
-¿Señor Project?-llamó una voz a Briant; la voz de un hombre pequeño, un tanto calvo y rechoncho que se aproximó a ellos dos, entornando la mirada para visualizarlos bien con sus ojos cansados.

-Ehmm... ¿Sí?-contestó el humanoide, sin saber bien qué decir. Internamente, supo que debía mantener la calma, así como intentar responder a todas las preguntas que se le hiciesen.

-¡Señor Project!-exclamó el hombre, avanzando hacia ellos a paso apresurado, hasta que finalmente estuvieron frente a frente. Ahí, estrechó animadamente la mano de él, para después tomar la de Alice y saludarla de igual manera-Me informaron de su llegada hace dos horas. Su mobiliario llegó desde la semana pasada, así que ya está completamente instalado. ¿Hay algo en lo que le pueda servir?-

-Eh... sí-replicó Briant, sin entender una sola palabra de lo que el sujeto había dicho-¿Dónde se encuentran aquí los ascensores?-

-En el recibidor, señor-le sonrió el sujetillo al hombre de casi dos metros de altura, observándolo de manera humilde. Complacido ante la actitud del pequeño humano que tenía frente a sí, Briant le sonrió en respuesta.

-Gracias-contestó el humanoide, exhibiendo su brillante sonrisa, la cual dejó pasmado al hombre que tenía frente a sí-¿Necesito estacionar yo el aerodeslizador o...?-

-¡No se preocupe de eso, señor Project! En un momento llamamos al encargado-lo interrumpió apresurado el hombrecito-Pase usted, por favor-

Fue así como, encantados ante su primer contacto con humanos comunes y corrientes, tanto Alice como Briant se dirigieron a la entrada principal del magno complejo, introduciéndose por las puertas de cristal en el recibidor donde había una especie de pequeña sala, frente a un mostrador que, suponían, era donde se ubicaba el amable hombre que los había atendido segundos atrás. Sabiendo que tendrían tiempo para mirar todo esto con más detalle, ambos prefirieron pasar de largo e introducirse inmediatamente en el ascensor, el cual los esperaba completamente vacío, con sus puertas metálicas abiertas, aguardando a que ellos quisieran entrar.

Sala de los Project
Expectantes, ambas creaturas se introdujeron en el amplio cubículo, el cual comenzó a subir tan pronto como se hubieron sellado las puertas. A diferencia del ascensor de Astrella, este ascendía un poco más despacio, precisamente con el propósito de permitirle a los pasajeros mirar a través de él toda la ciudad de Los Ángeles que se extendía a lo lejos, con sus enormes edificios, sus calles de diseño armonioso, a lo lejos sus casitas suburbanas. Maravillados ante todo lo que veían sus ojos, tanto Alice como Briant no podían darle crédito a todo lo que tenían ante sí. Confinados en Astrella desde el día de su nacimiento, el mundo nunca les había parecido tan enorme y fascinante como lo hacía ahora.

"Bienvenidos a casa, señor y señora Project", interrumpió una voz masculina los pensamientos de ambos humanoides, mientras el ascensor se asentaba en el piso que le correspondía, el cual se marcaba en el indicador como "Pent-house". Impacientes, tanto Alice como Briant descendieron del cubículo en cuanto las puertas se hubieron abierto y ante sus ojos se mostró la estancia más ricamente decorada que habían visto jamás.

Si bien no rebosaba en color, la mayoría de lo que podían ver era de colores blanco, negro o gris, había uno o dos toques de color en lo que les pareció era su sala-recibidor. Floreros, cortinas, cuadros y fotografías: un hogar minimalista en toda su extensión se mostraba ante ellos, incitándolos a vivir ahí. Alegres, ambos humanoides se echaron a correr, cada quien por su lado, revisando toda la casa.

En la cocina, abrieron y cerraron gabinetes, no sin tomarse el tiempo para darse cuenta que éstos se encontraban llenos de toda clase de alimentos, los cuales aguardaban a ser consumidos dentro de frascos, empaques, sobres y cajas. Igualmente, en el refrigerador se maravillaron de encontrar frutas, verduras, frascos llenos de comidas de nombres extraños y diferentes botellas con contenidos brillantes dentro de sí.


Baño de los Project
En el baño, abrieron la regadera, maravillados ante la vision del agua corriente, y olieron las diferentes escencias, jabones y demás utileria de higiene que se les había colocado ahí. Se mojaron, encantados ante el tacto húmedo del agua y sonrieron para sí mismos al probar el dentrífico, cuyo sabor les pareció de lo más extraño.

Saltaron en las camas, en los sofás, acomodaron sus cabezas en los cojines y almohadones que encontraron por toda la casa, se probaron la ropa que había en el enorme vestidor, comieron hasta saciarse y jugaron con las consolas de videojuegos que tenían. Briant se pasó largo rato rasgueando en una guitarra que se encontró en lo que parecía un pequeño estudio, Alice tardó su tiempo mirando por la ventana hacia el horizonte, por donde el sol comenzaba a salir. No fue hasta que se hubieron hartado de explorar el que ahora era su hogar cuando se acostaron, uno junto al otro, en la enorme cama king-size con la que contaban, extasiados ante todas sus nuevas experiencias.

-Vaya...-suspiró Briant, tomando la mano de Alice-Ser humano es... maravilloso-

-Lo sé-contestó ella, cerrando los ojos, incrédula ante tanta dicha-¿Esto será para siempre? ¿Iremos a pasarnos todos los días así?-

-No lo creo-replicó él-Seguramente tenemos que... trabajar o algo así-

-¿En qué iremos a trabajar?-inquirió la mujer, observando a su marido, intrigada ante la idea de una ocupación.

-Mmm... vi unos sobres hace un rato, cerca de la entrada, con nuestros nombres-puntualizó Briant-¿Quieres que vaya por ellos?-

-Si fueras tan amable...-le sonrió ella dulcemente, dándole a él luz verde para que se levantara y, en menos de un segundo, regresara, sin haberse esforzado ni siquiera mínimamente, con ambos sobres en las manos.

-Bien, veamos...-musitó él, dándole a ella en la mano el que tenía escrito "ALICE" en letras de imprenta, mientras revisaba el suyo-Mmm... ¿Qué será "arquitecto"?-
Comedor de los Project

-No tengo idea...-contestó ella, leyendo su propia ficha digital-Búscalo más abajo, ahí debe decir-

-Ah... lo tengo-replicó el hombre, dejándose caer de vuelta en la cama-¡Oye! ¡Que curioso! ¡Voy a construir cosas!-

-¿Cosas?-inquirió la pelinegra-¿Qué cosas?-

-Aquí dice "edificios, residencias, complejos, museos"-leyó Briant en voz alta-Más bien quiere decir que voy a ser... ¡Ah! Ya entendí: me voy a dedicar a planear cómo construir viviendas y ésta clase de sitios-

-Suena bastante interesante-le contestó la delicada creatura que reposaba junto a él-Y te queda bastante bien-

-¿A ti qué te tocó?-preguntó él, aproximándose a la mujer que tanto amaba.

-Aquí dice... "Directora de mercadotecnia"-enunció Alice, extendiéndole la ficha a Briant para que pudiera tomarla entre sus manos-Según esto, tengo que indicarle a la gente cómo inventar cosas-

-¡Oye! También suena bien-se entusiasmó él, leyendo rápidamente todo lo que decía la tableta digital holográfica-¡Y mira! ¡Tenemos el mismo horario! Vamos a poder pasar tiempo juntos-

-Eso es magnífico-sonrió ella, volviéndose hacia él-¿Crees que también nos dejen decorar la casa a nuestro gusto?-

-Supongo que es una posibilidad-sonrió Briant, aproximándose a Alice, al mismo tiempo que dejaba caer la ficha en el mullido colchón-Pero por ahora... creo que debemos descansar-

-Me parece excelente-replicó la mujer, dándole un breve beso en los labios a su compañero, antes de acercarse a él lo suficiente como para abrazarse a su cuerpo, mientras cerraba sus párpados pálidos-Buenas noches...-

-Buenas noches...-repitió él, cerrando también los ojos, dispuesto a dormir, a pesar de que, tras sus espalda, el sol comenzaba a salir.


1 comentario:

Itzel dijo...

¡Ay, mi vida!

¡Qué bonito! :3

Muy lindos e inocentes los chamacos, ¡Perdon!...Señores Project


¡Máaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!


¿Mercadotecnia? Hummmmm. Esto se pone cada vez más interesante


¡Muy lindo capi!



Besos!



S.K