12 de febrero de 2012

Héroe


Héroe by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

A partir de aquellas temibles palabras pronunciadas por los labios rosáceos de la criatura, su compañero palideció notablemente, al grado que otra mujer, la cual había estado escuchando por detrás de la puerta, irrumpió en la estancia sin siquiera anunciarse, corriendo a una velocidad en extremo vertiginosa para acercarse a él, postrándose de rodillas a su lado, colocando la mano en su pecho para comprobar el pulso, el cual parecía haberse debilitado.

-¿Perdona?-susurró el hombre con poca voz, impactado ante aquella noticia.

-Amor-le insistía la otra criatura, dirigiéndose a él profundamente alarmada-¿Te encuentras bien? Amor, háblame...-

-Permíteme, Alexandra-le pidió él cordialmente, aún así, molesto por la intromisión-Quiero escuchar de nuevo lo que Scarlett acaba de decir-

-Es una de los nuestros-comunicó la humanoide inexpresivamente-Me salvó la vida en el evento de anoche. Annya intentó golpearme con una botella en la nuca-

-Sabes bien que eso no te hubiera matado...-

-Igual fue un gesto muy amable de su parte-insistió la criatura-Se expuso sólo por protegerme-

-¿Qué quieres decir con que "se expuso"?-pidió saber su compañero, frunciendo el ceño ante semejante afirmación.

-No le importó mostrar su fuerza frente a un humano por ayudarme-se explicó ella-Y tú sabes bien lo peligroso que es eso-

-Sin duda alguna...-musitó pensativo el hombre-Eso no es... bueno, no es muy usual. Y más considerando que no pertenecemos a su grupo...-

-Por eso mismo quedé tan agradecida-puntualizó la humanoide-Y cuando ella y su familia insistieron en que debía de ir a su casa para protegerme, no pude decirles que no-

Durante un momento, que para Lexie Umbrose pareció eterno, los hermanos Frances y Dorian permanecieron mirándose en un silencio total que ya no presagiaba más discusiones, sino una paz cimentada en el hecho de que la pelirroja se encontraba bien a pesar de todo lo sucedido anoche. Lo que a él más le enfadaba, era que ninguno de los estúpidos humanos con los que había hablado la noche anterior no tuviesen la decencia de informarle sobre el hecho de que su hermana había sido atacada.

-Me alegra que estés a salvo-comunicó el humanoide pasados unos segundos, disolviendo la tensión existente en la estancia-¿Y quiénes son las otras personas? Me dijeron que te fuiste con unos músicos o algo así...-

-Tom y Bill-contestó rápidamente la modelo-Son un par de personas que conocí en el trabajo-

-¿Y de quién era el aero que te trajo hasta aquí?-quiso saber el mayor de los hermanos.

-De Tom-expresó la mujer con sencillez.

-Tráelo-ordenó Dorian, sin lugar para objeciones. Contenta de poder ver a Tom de nuevo aunque sólo fuera por unos segundos, la criatura obedeció de inmediato, redactando mentalmente un mensaje dirigido al holocomunicador del mayor de los hermanos Kaulitz.

Avanzando a pocos metros de allí, dirigiendo de manera hábil la máquina de potente motor, el centro de mandos del vehículo que conducía el guitarrista de Tokio Hotel le indicó que había recibido un mensaje en su holocomunicador. Por medio de un comando de voz, le ordenó a la máquina que le leyera el mensaje, mientras él esperaba que la luz del semáforo cambiara de rojo a verde. Rápidamente, una agradable voz femenina le comunicó que el contacto "Umbrose, Frances" acababa de comunicarse a través del texto "¿Podrías volver a mi casa, por favor?".

Entusiasmado, el productor musical le indicó rápidamente a su aero que llamara a la pelirroja, mientras él, loco de la felicidad, creía que aquella invitación había sido fruto del beso que le había dado a la mujer apenas minutos atrás.

-¿Sí?-habló él en tono soñador, contento de que la chica lo hubiese buscado tan rápidamente.

-Sé que esto te parecerá un poco extraño pero... ¿podrías venir un momento, si eres tan amable? Es... es cosa de unos segundos-se justificó la modelo, evidentemente apenada por mandarlo a traer de vuelta.

-Por supuesto-contestó el músico, sonriendo ampliamente. De manera apresurada, viró el auto por medio del control de mandos y lo hizo regresar en la misma dirección que apenas acababa de abandonar. Apresuradamente, se precipitó al interior del edificio, dejando el aero en el primer cajón-estacionador que encontró disponible y se metió casi corriendo al cubículo del ascensor abierto, mismo que pareciera lo estaba esperando.

Dentro del cubículo elegantemente adornado, el guitarrista de Tokio Hotel tamborileaba los dedos contra la pared metálica sobre la cual se encontraba recargado de espaldas. Incrédulo, no podía dar cuenta de su buena suerte: Frances Umbrose acababa de invitarlo directo a su departamento. Al parecer de él, la chica era bastante directa.

-¿Sí?-escupió el hombre de trenzas negras torpemente, mientras se introducía sin anunciarse por la pequeña sala-recibidor con la que contaba el pent-house de la chica que tanto le gustaba. De pié frente a él, en una amplia sala de gusto vanguardista, Frances y un hombre, al que reconoció mentalmente como el dichoso Dorian, lo miraban en silencio, con expresiones serias en los rostros de ambos. Sabiendo que se había comportado de lo más impertinente, el mayor de los hermanos Kaulitz guardó respetuoso silencio al sentir lo tenso del ambiente.

-Dori...-


-Súbete al aero, Alexandra-le espetó Dorian a una pequeña mujer que él conocía bajo el nombre de Lexie, conocida por ser la mejor amiga de Frances. De rasgos tremendamente llamativos, cuerpo escultural y cabello castaño claro que le caía en torrentes a los lados del rostro nunca antes se había fijado tan bien en ella hasta ese momento. Internamente, no pudo evitar preguntarse qué haría ella ahí.

Obedientemente, la chica de sonrosadas mejillas y cara de ángel, que parecía no tener más de veinte años, comenzó a avanzar por la habitación, cabizbaja y a pasos pequeños pero aún así con una inusitada gracia y  elegancia que hizo que al co-productor de Tokio Hotel se le erizaran los vellos de los brazos. Antes de abandonar la habitación, se aproximó al guitarrista, para plantarse delante de él, con una enorme sonrisa que al músico se le hizo de lo más encantadora.

-Tú eres Tom, ¿verdad?-quiso saber la criatura, inocente como una chiquilla.

-Así es-le contestó el guitarrista, sin poder evitar sonreírle-¿Cómo lo sabes?-

-Carlie habla mucho de ti-expresó la pequeña muñeca, devolviéndole la sonrisa al hermano mayor de Bill.

-¡Alexandra!-le llamó la atención Dorian, quien no parecía demasiado contento con todas aquellas dilaciones.

-Ya voy...-replicó esta última, antes de volver a dirigirse a Tom-Nos veremos después-

-Hasta luego-le contestó educadamente el alemán, todavía sonriéndole.

Sin poder evitarlo, la miró hasta que se adentró en el ascensor de metal, el mismo que él había abandonado apenas minutos atrás. Evidentemente molesto ante la desfachatez del músico para con la mujer que acababa de salir, el hombre que tenía frente a él carraspeó fuertemente, atrayendo de vuelta su atención.


-Disculpe, joven-llamó Dorian a Tom, dirigiéndose a él con seriedad-Tengo entendido que usted fue la persona que se llevó a mi hermana anoche a su casa-

-Sí, bueno... sobre eso...-

-No hacen falta explicaciones-lo interrumpió el mayor de los hermanos Umbrose, con una expresión conciliadora en su rostro-Sólo quería agradecerle por cuidar de mi hermana anoche. Fue un gran detalle de su parte-

-No es necesario agradecer...-contestó el guitarrista, ruborizado.

-Bueno, de todos modos: muchas gracias, señor Kaulitz-puntualizó el humanoide, extendiendo una mano, misma que Tom entendió, quería que estrechara. En silencio, ambos hombres cruzaron un saludo cordial, ante la mirada complacida de Frances y la sonrisa silenciosa de Dorian.

-Bien, nosotros ya nos íbamos...-mintió el hermano mayor de Frances, sonriendo de manera cómplice para con su hermana-Ustedes... bueno, tienen la casa para hacer lo que les plazca. ¿Te veo para cenar, Scarlett?-

-Por supuesto-contestó la interpelada, regresándole la sonrisa a su hermano-Que te diviertas en tu... salida-

-Me encargaré de ello-replicó Dorian con una gran sonrisa en su rostro-Con su permiso-

Y así, sin más preámbulos, el humanoide abandonó la habitación, dejando solos de nuevo al guitarrista y a la modelo, uno al lado del otro, aún ataviados como habían salido de la casa de los gemelos. En silencio, se miraron mutuamente durante un instante que les pareció celestialmente eterno.

-Hola-saludó Frances a Tom, como si antes no lo hubiera visto.

-Hola...-replicó él, feliz, sonriéndole abiertamente a la pelirroja.


1 comentario:

Itzel dijo...

¿Eh?... No, no, no... o yo no entendí, o ese Dorian es medio cambiante de humor ¬¬ pero muy guapo...

Qué confiado, ya hasta dejó a la "hermana" con el "salvador", que de eso, no tiene ni un pelo xD