13 de febrero de 2012

Inédito


Inédito by Diana Harlu Rivera on Grooveshark



-¿Entonces ustedes dos son...?-

-No exactamente-la interrumpió la criatura, sin ganas de escuchar aquél término. Le molestaba que aún no hubiese sucedido si ya casi iban a cumplir un mes saliendo.

-¿Y tú ya...?-

-No-respondió ella con una sonrisa orgullosa y hasta cierto punto, petulante-Le dije que eso no volvería a suceder hasta que estuviésemos formalmente juntos-

-Chica lista...-rió la segunda de ellas-¿Y piensas verlo hoy?-

-Lo veo todos los días, de hecho-contestó la pelirroja sin dejar de sonreír-Viene a buscarme diario-

-Vaya... quién fuera tú-suspiró la mujer de cabello castaño que caminaba a su lado. 

-¡No seas ridícula!-replicó la primera de ellas entre risas-¡Como si Dorian no estuviera también como chicle contigo!-

-¡Ya lo sé, ya lo sé!-admitió encantada la acompañante de Frances Umbrose, Lexie-Es sólo que me molesta... bueno, tú ya sabes de qué estoy hablando-

-Me imagino-repuso empáticamente la humanoide-Tu situación debe ser más complicada que la mía-

-Es horrible-se quejó la tierna joven-Más ahora que estamos aquí. Allá no había tanto problema, porque sólo estábamos las dos... ¡pero deberías de ver cómo se le avientan las humanas! Me... me hacen enfadar-

-No puedes culparlo-replicó la modelo, pensando en el rostro de su atractivo hermano; si ellos no fueran parientes, tal vez ella también estaría enamorada de él.

-Soy consciente de ello...-expresó la novia del hermano mayor de Frances-Y pues, ¿Qué me queda, cierto? Lo que más me preocupa es que pasan los meses y él no...-

-Hey, no digas eso-la interrumpió su cuñada-Sabes cómo es él. ¡Ni siquiera yo sé qué le pasa por la cabeza! Así que no te precipites a afirmar detalles que desconoces-

-En eso tienes toda la razón-sonrió levemente la mujer, sus ojillos castaños alegrándose un poco-Disculpa si soy tan quejosa. Lo que pasa es que... bueno, tú me entiendes-

-Claro que sí-replicó Umbrose, pasándole alrededor de los hombros su brazo izquierdo-Además, para algo somos amigas, ¿no es cierto?-

-Por supuesto que sí-afirmó Lexie con una sonrisa-Vaya... te extrañé muchísimo, Carlie-

-Me imaginé-contestó la humanoide, permitiéndose un poco de ego, ante lo cual su compañera se rió de manera audible: en eso se parecían tanto ella y Dorian. 

Y así, mientras ambas caminaban por los pasillos de Elite Models hacia el siguiente set en el que Lexie tenía sesión, un mensaje le llegó a Frances a su holocomunicador: eran sus compañeros de trabajo de DKNY, que querían invitarla a tomar un café. Apenas leerlo, la humanoide giró su mirada hacia su cuñada, quien bien sabía de antemano que a su cuñada le acababa de surgir algo.

-Corre-consintió con una sonrisa la más joven de las dos, ante lo cual su compañera se volvió hacia ella y le prodigó un beso diminuto en su mejilla de piel tersa y blanca.

-¡Te veo en la noche en casa!-expresó la pelirroja alegremente, echándose a correr en la dirección contraria a la que iban.

-¡No vamos a estar!-le comunicó su cuñada-¡Tu hermano y yo tenemos planes!-

-¡Maldita gente ocupada!-bromeó Frances con ella, antes de meterse a un cubo de elevador vacío, el primero que encontró. 

Abajo, en la planta baja del edificio de treinta pisos, un hombre salió de detrás de un pilar cuando la modelo se disponía a salir por la puerta de cristal que llevaba hacia la calle. Rápidamente, el humano se las ingenió para enredar su par de brazos fuertes en torno a la delicada cintura de la criatura, la cual, sorprendida, se giró de inmediato, buscando a su captor. Para su grata sorpresa, se encontró con un rostro que conocía lo bastante bien, al igual que con las trenzas negras, el cuello fuerte y la perforación en el lado izquierdo del labio.

-¡Casi me matas de un susto!-se quejó ella entre risas, abrazándose a él también por su estrecha cintura.

-Lo siento, te juro que no era eso lo que buscaba-replicó él, sonriente-Bueno, lo de tenerte tan cerca eso sí lo calculé. Lo de asustarte no-

-Ya veo-contestó la criatura, sorprendida ante la presencia de aquél hombre-¿Qué haces aquí?-

-Vine a secuestrarte más temprano-confesó él de manera traviesa-Fui a preguntar a oficinas y no tienes más trabajos pendientes para hoy. ¿Qué te parece si tú y yo nos damos una escapada?-

-Uy... yo creo que no-declinó la invitación la humanoide, haciendo que su acompañante se decepcionara de inmediato-Me acaba de surgir algo y no...-

Pero antes de que la mujer pudiera continuar hablando, su galante secuestrador, Tom Kaulitz, recurrió a una táctica que, sabía, pocas veces le fallaba. Con un tirón un poco más fuerte que el que había utilizado para capturarla, la aproximó a su cuerpo de manera que entrar en contacto con su boca no fue problema alguno para el guitarrista. En un movimiento, sus labios tocaron los de ella y rápido pero delicado al mismo tiempo, le prodigó un beso en los labios que hizo suspirar a la criatura. Lentamente, durante cinco minutos, él se dedicó a engatusarla con su lengua, a persuadirla entre cada movimiento de sus labios a tomar una decisión contraria de la que había escogido en un principio. No estaba acostumbrado a recibir negativas como respuesta.

-Tú... tú acabas de...-

-Te besé-le explicó él cordialmente, sin soltarla de la cintura.

-Esto es...-musitó ella, retrocediendo para apartarse del cuerpo del músico, lo cual él interpretó como una mala señal. En silencio, la mujer se tocó con los dedos su boca, sintiendo sus labios arder. ¿Qué era eso? No lo podía entender.

Más cuando el mayor de los hermanos Kaulitz ya no se lo esperaba, sus labios de color rosado entraron en contacto de nuevo con una boca ávida de besos, unas manos ansiosas de caricias que lo tomaron por el cuello, acercándolo a sí sin darle oportunidad de retirarse. Inexpertos pero seguros, los labios de la mujer se movían torpemente sobre la boca de su acompañante, el cual estaba que no se la creía de emoción. ¿Ella tomando la iniciativa para besarlo, cuando había dejado muy claro que todavía no podían tomarse esa clase de libertades? Le resultaba sorprendente y, al mismo tiempo, increíble.

Sobrecogido por la emoción, el músico tomó el rostro de la delicada modelo por las mejillas con ambas manos, acercándola más a él hasta que fue imposible que ambos se encontraran más próximos. Inmersos en el beso, la humanoide apenas y fue consciente del delicado suspiro que dejó escapar de su pecho cuando sintió la lengua suave y seductora de él introduciéndose entre la bóveda de sus labios. Llevado por el instinto, el guitarrista fue cambiando la posición de sus manos poco a poco, trasladándolas por todo el cuerpo de la criatura hasta que llegó a la cintura de ésta, misma de la que jaló para presionar por completo la anatomía de la pelirroja a la suya; en respuesta, Umbrose también modificó la posición de sus manos de estar en el cuello de su apuesto amante hacia su fuerte pecho, el cual desde un principio le había llamado la atención.

Después de unos minutos, los cuales ambos sintieron como eternos, la chica se separó poco a poco de su acompañante, respirando con dificultad a causa de la emoción del momento; lentamente, la pareja fue abriendo sus ojos, los cuales habían cerrado con ternura y una vez que se encontraron completamente  conscientes de nuevo, ella se abrazó de inmediato a él, como si su vida dependiese de ello. Enternecido por la reacción de la mujer que tanto amaba, el músico le devolvió el abrazo con una sonrisa enternecida en su rostro.

-Yo…no tengo palabras-expresó la humanoide, de manera tenue y musical. Se le notaba en el tono de voz que estaba que no cabía en sí misma de emoción; por otro lado, las manos de su acompañante sólo se dedicaban a acariciar su espalda de la parte no cubierta de tela de su blusa.

-No las necesitas-musitó el guitarrista, complacido porque las cosas le hubiesen salido tan bien. No le importaba si el beso con Frances había sido más romántico que pasional, nadie le podía quitar la emoción del momento.

-Debo irme-expresó ella al cabo de unos minutos, haciendo que él la observara con sorpresa mientras la criatura se le alejaba con toda naturalidad, como si nada hubiera pasado entre ellos.

-¿Ya?-inquirió sorprendido el mayor de los hermanos Kaulitz, entendiendo que, a pesar de lo placentero del momento, su plan no había funcionado.

-Sí, me esperan-aclaró  ella por mera cordialidad, sabiendo que, a falta de una relación formal entre ambos, no existían motivos que la obligaran a quedarse-Nos vemos luego, Tommy-

Sin más explicaciones, la humanoide salió naturalmente de la habitación, dejando a su acompañante plantado a mitad del cuarto; éste aún no podía creer con qué facilidad se lo había quitado de encima. Normalmente las demás chicas se tomaban unos momentos más para entretenerse más con él, algunas incluso le pedían algo más, sin importarles la hora del día; probablemente era por eso mismo que el comportamiento anormal de la pelirroja lo hacía sentirse más que sorprendido... lo excitaba. Eso sin contar que nadiem más que su madre o su mejor amigo Andreas, acostumbraban llamarlo Tommy.

La modelo, por lo mientras, había decidido archivar el ardiente recuerdo de lo recién sucedido en sus pensamientos, para revisarlo después y que ésto no arruinara la salida que tenía con sus compañeros de trabajo. Una característica de su condición humanoide que siempre le había gustado a la menor de los hermanos Umbrose, era que podía manejar sus recuerdos a su antojo, decidiendo si quería borrarlos, atesorarlos intactos en lo más profundo de la memoria o conservarlos para examinarlos más tarde.

Ya en la calle, observó de inmediato aero color azul turquesa descapotable que ya la esperaba con todos sus compañeros de trabajo adentro. Apenas segundos después, Tom salió del edificio, cabizbajo y  decepcionado, observándola cómo se introducía de un salto a la parte trasera del vehículo, entre dos muchachos que sonrieron enormemente al verla. Tristemente, el guitarrista se quedó parado en la banqueta durante unos minutos, hasta que el aero se perdió de vista al doblar la calle. Con sus llaves llamó su propio automotor y se subió sin decir palabra, demasiado desconcertado con la situación como para decir algo. ¿Por qué esa mujer era tan extraña?


1 comentario:

Itzel dijo...

Pues porque es una "HUMANOIDE"! ¿Qué no ves? jajajaja Muy bueno. A Tommy lo plantaron xD