15 de febrero de 2012

Recordatorio


Recordatorio by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

Sentada en el café con sus amigos, de repente el holocomunicador de Frances Umbrose le envió dos notificaciones, mismas que sonaron dentro de la mente de la criatura. Entre risas, tuvo que disculparse para ir a ver en un lugar aparte de qué se trataba, pues consideraba de mala educación estar atendiendo el holocomunicador en público. En un sitio un tanto retirado de su mesa, se fijó que una de ellas provenía de su hermano, se trataba de un mensaje, y la otra pertenecía al mismo sistema del holocomunicador, el cual le informaba que el día siguiente era el cumpleaños de Tom. 

Sorprendida, se dio cuenta de que era cierto y mentalmente comenzó a preocuparse pues no le tenía nada preparado. Durante unos minutos, se tomó el tiempo para calmarse antes de comenzar a tomar determinaciones acerca de lo que habría de hacer para solucionar la situación. Primero que nada, le envió un holomensaje a Alice, su "cuñada", para pedirle su ayuda en un genial proyecto que acababa de ocurrírsele. Entre una cosa y la otra, se le olvidó por completo leer el mensaje de su hermano, en el cual se leía: Te espero para cenar en casa, necesito hablar contigo.

Precipitadamente, la humanoide comenzó a movilizarse, pidiéndole una disculpa a todos sus amigos por tener que marcharse de manera tan repentina, antes de retirarse del lugar. Consciente de que no llevaba otra forma de transporte que la misma en la que había llegado, mandó un mensaje a su aerodeslizador color blanco perla, el cual se encontraba en el estacionamiento de Elite todavía, para que se dirigiera hacia su ubicación en la ciudad. 

En menos de cinco minutos, la máquina de elegantes líneas fluidas ya se encontraba allí, lista para partir hacia donde su dueña le indicara. Rápidamente, la mujer se subió al vehículo en el asiento del conductor, para indicarle al vehículo mediante el panel de control del mismo a dónde habrían de dirigirse. Mentalmente, Umbrose se encontraba perfectamente lúcida de todo lo que tenía que hacer antes de que anocheciera más, eran ya cerca de las siete de la tarde cuando salió del exclusivo Starbucks en el cual se habían detenido ella y sus colegas; de lo único de lo que no era consciente era que del otro lado de la calle, en un restaurante ejecutivo de renombre, un hombre que a la vez iba bajando de su propio aero la observaba.

Rauda como una flecha, se precipitó hacia todos los sitios a los que necesitaba acudir, en un completo secretismo que dejó impactadas a las encargadas y los trabajadores de cada comercio que visitaba, puesto que su determinación por la manera en la que habían de conseguirse los objetos que ella necesitaba era tan férrea que resultaba admirable. Mientras tanto, en otro lado de la ciudad, un hombre de alta estatura y ancha complexión se encontraba sentado en el sofá de la sala de juegos de su mejor amigo, trago en mano, charlando con éste último. Entre risas, los dos rememoraban los mejores momentos que habían vivido juntos, en su ya larga convivencia.

-¡Y mira! ¡Quién te viera ahora!-exclamó un alegre Andreas Hoffman, apostado en un sillón de suave tapicería color hueso-Realmente no puedo creer que estés tan perdido por esa chica, viejo...-

-Ni yo-admitió el guitarrista, antes de beber un sorbo más de la copa que sostenía-Es que... ¡no sé! Es una rara-

-¡Y eso que te gusta!-se mofó el hombre de cabello y tez trigueñas.

-¡No, lo digo sin ofender!-rió el músico-De verdad, si la conocieras... se me resiste todo el tiempo y de repente... ¡Zaz! Se me avienta encima así como así. Es como... muy impulsiva, como que no sabe lo que quiere conmigo-

-¿Y es la primera?-inquirió el mejor amigo de los hermanos Kaulitz.

-No, efectivamente-sonrió Tom-Pero... bueno, hay algo en ella que es... diferente-

-Diferente...-repitió Andreas, a manera de burla-Me encanta verte así, hombre; me encanta. Te has vuelto todo un idiota por esa mujer-

-Orgullosamente-brindó el caballero de las trenzas negras, inconsciente de lo que aquella mujer estaba haciendo en aquél preciso momento.


1 comentario:

Itzel dijo...

-Es que... ¡no sé! Es una rara- xD
Bueno, si de raros hablamos... él y su bro no son tan normalitos que digamos... xD


Muy Bueno!

Besos!

S.K