18 de mayo de 2012

Verdades incómodas


-Ya sé lo que vas a decir, querida...- respondió la gloriosa criatura, echando hacia atrás su cabeza de pelirroja cabellera mientras reía abiertamente, sus brazos aún colocados de manera que se cruzaban el uno sobre el otro- Se supone que no existo... vaya cuento...

-No, no es eso- contestó Alice, enfocando sus iris azules en el cuello, la mandíbula, los labios... verdaderamente el parecido entre ellas dos era impresionante- Nuestro padre... es decir, Richard, como tú lo llamas, nos mencionó que tú habías quedado confinada después del... accidente...

-¿Accidente?- repitió la enfurecida mujer, casi a gritos, sumamente exaltada- ¿Así es como llama a lo que sucedió? ¿Un "accidente"?-

-Él no fue muy específico al respecto...- respondió la atemorizada humanoide, extrañada ante la súbita reacción violenta de Blair.

-Me imagino- espetó violentamente la criatura de piel blanca como la nieve- Después de todo eso es lo único que fui para él, ¿No es así? Un asqueroso fracaso...

Pero antes de que pudiese continuar hablando, la puerta de la habitación volvió a abrirse, esta vez con otro individuo parecido al captor de Alice, cuya silueta fuerte y amenazante se recortaba contra la escasa luz del pasillo. Con una risa ahogada, arrojó descuidadamente el bulto que traía jalando atrás; de manera que éste se estrelló con la pared contra la que se encontraban recargados los captores de los demás humanoides. Asustada, la tímida humanoide se repegó a Selick, quien en un impulso matenal también se acercó a ella, intentando darle consuelo. Lentamente, la criatura que acababa de golpearse en la frente contra la superficie de concreto fue levantando su lastimado rostro hasta que, para espanto de alguno de los presentes, aparecieron los ojos compasivos y amables de Briant.

-¡Briant!- gritó Alice asustada, acercándose al que fuese su marido de manera casi involuntaria. Torpemente, éste esbozó una débil sonrisa, verdaderamente complacido por ver a la mujer que más amaba allí- ¿Qué te hicieron?

-Lo único que puedo decirte,- respondió entre risas el captor de Briant, el mismo que venía tirando de él- es que fue una presa muy difícil...

-¡Carter!- lo regañó Blair, dirigiéndose a él con una voz de trueno que hizo temblar tanto a aquél como al resto de sus compañeros- Retírense ya, no me es... necesaria su presencia. Puedo con ésto-

-Señora, ¿Está usted segura? El señor Roberts fue muy específico...

-El señor Roberts aprobará esto, puedes estar seguro- le espetó en respuesta, mostrando su autoridad- Ahora márchense.

Sin chistar, los cuatro individuos allí presentes salieron por aquella puerta que no dejaba de causarles sobresaltos a los humanoides, cerrando suavemente al salir. Finalmente, se quedaron únicamente en la habitación Alice, el resto de su clan y Blair, quien caminaba en línea recta, en un trayecto de ida y vuelta, frente a ellos, sin mirarlos. Cuando le pareció más descuidada, Briant se dirigió a Alice.

-¿Estás... estás bien?- preguntó con voz suave el humanoide, intentando estirarse para mirar mejor el intacto rostro de la hermosa mujer.

-Sí, gracias...- respondió la criatura, avergonzada al ver las atenciones que se tomaba su todavía esposo con ella, cuando le había hecho tanto daño- Tú eres el que no está bien.

-Son algunos rasguños superficiales- rió tímidamente el hombre de cabello negro, intentando restarle importancia al asunto- Tú me conoces: no me gusta irme sin dar pelea.

-Yo...- intervino Blair en la conversación, hablando por primera vez en largo rato- Les pido una disculpa... mis androides no tenían por qué ser tan bruscos con ustedes. Pensé que había sido bastante específica cuando les dije que no quería heridos.

-¿Androides?- inquirió Alice, enfocándose en el rostro súbitamente compungido de Blair- ¿Cómo...?

-No son como ustedes- se explicó la científico, siendo compasiva por primera vez desde que llegaron- Ellos son simple maquinaria, engranes y tuercas cubiertas de plástico.

-El mismo que se utiliza para...

-Injertos de piel, sí- completó la pelirroja la frase de Selick, quien resultaba ser médico- Tratamos de darles un aspecto más agradable para que no desentonen en la sociedad. No es muy agradable ver un mecanismo tan complejo como el de ellos trabajar.

-¿El doctor Vo vendrá...?-

-Sí, no debe tardar- respondió Blair a la interrogativa de Redgie, quien, al igual que sus compañeros, se quedó bastante extrañado al ver aquella nueva faceta de su personalidad, que parecía ser cordial y, hasta cierto punto, humana- Él está consciente de que están aquí, no deben preocuparse.

-¿Doctora Blair?- se coló una voz desconocida dentro de la habitación; misma que llamó de inmediato la atención de la pelirroja- El grupo del doctor Vo ya se dirige para acá. Salieron de América hace media hora.

-¡Excelente!- expresó la mujer, con verdadero entusiasmo- Ella... ¿Ella también viene? ¿Confirmaron su asistencia?-

-Así es; no se resistieron en absoluto- le contestó el hombre que había venido a verla- Fue de lo primero de lo que nos aseguramos.

-Bien...- musitó Blair, con un destello de emoción brillando en sus pupilas de iris verdes- Llamen a Watts, que tenga todo listo para su arribo. Quiero estar ahí para verla...

-Un momento- intervino Alice con extrañeza- ¿Watts? ¿Anderson Watts? ¿El científico encargado del clan de Frances Umbrose?

Al escuchar el nombre de la ex novia de Tom, la mujer de cabello pelirrojo levantó la mirada de la misma manera que si se hubiesen dirigido a ella. Casi de inmediato, la humanoide intuyó que algo allí marchaba mal.

-No es de tu interés saber eso, niña- le espetó la científico, portándose grosera de nuevo- Ahora, si me disculpan... tengo que ir a atender otros asuntos.

-No te vas a salir con la tuya, ¿Sabes?- le expresó segura de sí misma Alice a su guardiana, la cual se volvió para mirarla con extrañeza- Nos van a venir a buscar.

-¿Ah sí? ¿Quién?- rió Blair de manera demasiado encantadora como para ser malvada- ¿Débiles humanos? ¿Por favor? ¿Qué pueden hacer ellos contra nosotros?

-No tienes una idea...- sonrió Alice, pensando en Bill, quien, seguramente, ya debería de estarse movilizando para encontrarla.

-¡Entonces ella está ahí!- gritó Bill eufórico, apuntando al sitio marcado por un gran círculo rojo en el mapa europeo.

-Exactamente...- coincidió Tom, tallándose el rostro con la palma de su mano, sentado frente a la pantalla donde el proyector holográfico mostraba a detalle el territorio cuyas coordenadas Frances le había enviado en un mensaje de su holocomunicador- Pero creo que debes saber desde ahora hermanito que el problema no es conocer dónde la tienen, sino llegar allá. Bastante simple, ¿No te parece?

-No te pongas irónico conmigo, por favor- le pidió el menor de los hermanos a su gemelo, el cual no parecía bastante interesado en encontrar a su cuñada.

-¡Chicos!- gritó una voz, proveniente del recibidor del departamento de los gemelos. De inmediato, ambos volvieron la vista hacia aquél punto, donde encontraron a todos sus amigos, congregados avanzando hacia ellos dos- ¡Supimos lo de Alice!

-Pero, ¿Cómo?- cuestionó Tom, levantándose para ver cómo la horda se movía hacia su posición, con Phoebe al frente, mostrando una expresión bastante angustiada.

-Heathcliff nos comentó que le habías preguntado por ella- respondió Gustav, dirigiéndose a Tom- A nosotros también se nos hizo extraño que no hubiese llegado anoche pero no quisimos mencionarlo por miedo a ofenderte.

-No se preocupen- respondió Bill, sintiendo de repente que la cabeza le zumbaba- Ahora lo importante es dar con ella; Frances nos dio un poco de información acerca de dónde puede estar. El problema es que...

-Está un poquito lejos...-se burló Tom despectivamente. No quería ofender a Bill, pero para nada le gustaba la idea de que Frances estuviese allí y, para más, con Alexei.

-¿Dónde?- cuestionó Georg, mirando el mapa atentamente.

-Eslovenia- expresaron ambos gemelos al mismo tiempo, dejando a todos sus acompañantes completamente perplejos.

-Ya sabemos que no es precisamente la vuelta de la cuadra pero... ya encontramos un avión- expresó Bill- O algo de ese estilo, es más bien una avioneta; es de una mujer que se ofreció a llevarnos de incógnito sin hacer muchas preguntas.

-Pensó que éramos espías industriales intentando colarnos a algún depósito experimental- explicó Tom ante la sorpresa de los presentes, con una sonrisa sarcástica de por medio.

-El caso es que- retomó Bill el hilo de la conversación- Puede llevarnos y recogernos. Estará sobrevolando cerca, entonces supongo que no debe ser problema. Con respecto a lo de meternos a la sede de Astrella...

-No tienen la menor idea de cómo hacer eso- adivinó Fabiho, mirando a ambos hermanos con un poco de escepticismo.

-Haremos lo que podamos- comunicó el menor de los hermanos, intentando sonar optimista- Haber cómo resultan las cosas y... eso es todo, ya nos vamos. Esperamos volver.

-Que "esperamos volver" ni que tus calzones, Kaulitz- expresó una voz femenina que Bill ya llevaba rato sin escuchar. Detrás de todo el grupo, salió Natalie, ataviada con una pesada chamarra de borrega- Vamos contigo.

-Chicos, no- les espetó de inmediato el músico a todo el grupo que tenía frente a sí- Precisamente por eso no los habíamos contactado: no queremos meterlos en esto.

-No es si quieres o no, Bill- intervino Georg en esa ocasión- Somos familia. Tenemos que estar juntos en esto.

-De verdad, son muy dulces pero...

-Déjanos ayudarte, al menos- propuso Natalie- Mis dos hermanos trabajan para el ejército; haré que te faciliten material para entrar.

-Nat, la violencia no es lo mío...

-Pero sí de esas personas y no se tentarán el corazón para darte un tiro en esa preciosa cabeza tuya, vocalista- espetó la estilista- No puedes entrar de manos vacías.

-Ella tiene razón...- musitó Tom, dirigiendo la mirada hacia su hermano. No quería morir.

-Está bien... un poco de ayuda no nos vendría mal... ¡pero nada más que eso!- aclaró el músico, mirando al resto de su banda, quienes los observaban con los brazos cruzados.

-Sí, como no...- expresó Gustav- Vamos a casa a traer unas cosas, nos vemos aquí en treinta minutos para planear cómo es que entraremos.

-Buscaré los planos de la sede experimental- propuso Phoebe- Debo tenerlos en los documentos de la oficina.

-Genial- sonrió Tom, al ver que el intento suicida de su hermano por salvar a su novia por lo menos comenzaba a sonar un poco más coherente. Al notar el tono con el que se había expresado, Bill lo miró con un poco de desagrado- ¿Qué? Era una misión suicida, Macky.


1 comentario:

Itzel dijo...

Sigo sin entender, y sobre todo qué tiene que ver "ella"... si es quien creo que es.. pero bueno

"Que "esperamos volver" ni que tus calzones, Kaulitz" Ja! Eso me encantó xD