29 de febrero de 2012

Auxilium


Auxilium by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

-Te amo-dijo Bill, sentado frente a Alice, con la punta de su nariz tocando la de ella.

-Yo te amo más-replicó la mujer, emocionada y a la vez sonrojada por lo cerca que se encontraban ella y su adorable novio; ambos sentados en el sofá de varias plazas de la casa de él, con las largas piernas de la humanoide enredadas alrededor de la estrecha cintura del cantante.

-¡Voy a morir!-exclamó Tom, en voz altísima; haciéndose escuchar por toda la casa a pesar de que apenas había llegado a ella.

-¿Podrías morirte en la cocina, por favor?-le pidió su hermano gemelo a gritos, enfocado únicamente en su novia-Estamos algo ocupados aquí-

-¡Cállate, Bill!-le gritó el mayor de los gemelos a su hermanito. Sorprendido por la manera en la que Tom le había contestado, Bill soltó de inmediato las mejillas de Alice y finalmente volteó a ver a su hermano mayor. Furioso y frustrado, el guitarrista y segunda voz de Tokio Hotel caminó hacia la pareja con una determinación casi brutal, antes de dejarse caer en uno de los sillones que se encontraba perpendicular al sofá en el que la pareja se encontraba acomodada-¿Podrías bajarle dos rayitas a tus hormonas un rato y prestarme algo de atención, para variar? Tengo una crisis y no estoy de humor para lidiar contigo-

-Está bien-consintió el menor de los hermanos, con una expresión de clara frustración en su rostro-¿Qué te pasó?-

-Frances quiere que conozca a su familia-rumió el hombre de cabello trenzado, con una mano cubriendo sus ojos y la otra reposando sosamente sobre el borde del sillón. Apenas hubieron escuchado las palabras de Tom, Alice y Bill se volvieron el uno hacia el otro, completamente alarmados: por experiencia propia, podían decir que eso no era bueno.

-¿Qué dijo ella exactamente?-inquirió la humanoide allí presente, intersándose en la conversación entre su novio y su cuñado.

-Dice que “Dorian quiere conocerme”-replicó el hermano mayor de Bill, sin descubrirse los ojos-Luego, no sé cómo, pero de repente todos ustedes y la familia entera de ella estuvieron invitados-

-Como lo que pasó con…-

-Exacto-interrumpió Tom a su hermano pequeño-Como lo que pasó con aquí mis ojos-

Y al decir “aquí mis ojos”, Alice supo sin duda alguna que hablaban de ella. Después de todo, lo ocurrido en casa de Selick había dejado profunda marca en lo que Bill y sus amigos pensaban sobre los humanoides. A pesar de que a su novio pudiese agradarle mucho Frances, no dejaba de tener sus reservas al saber ahora que no era completamente humana. Tom se los había dicho a las pocas semanas de empezar a salir con ella; la criatura se lo había confesado voluntariamente.

-¿Y qué le dijiste?-indagó Bill, nervioso por la situación de su hermano.

-Ya le di fecha y todo-confesó su hermano, quitándose por fin la mano del rostro. Al instante, Tom fue testigo de la cara de espanto que puso Bill.

-¡Tom!-le gritó su hermano menor, exasperado de súbito-¿Por qué no nos preguntaste antes?-

-¿Qué querías que le dijera?-reprochó Tom-Primero le comenté que tendría que revisar mi agenda, porque estaba muy ocupado, pero después... bueno, pasaron ciertas cosas y yo teminé de boquiflojo-

-¡Pudiste haberte esperado!-insistió Bill.

-¡Niégale algo!-replicó Tom, apuntando con su dedo índice hacia Alice. Ella, sentada e inmóvil, no había dicho una palabra más en absoluto. Sin embargo, los gemelos ya se encontraban ambos a medio camino de ponerse de pié.

Entendiendo inmediatamente a lo que Tom se refería, Bill se sentó de nuevo al lado de su novia y la tomó de la mano sin siquiera pensárselo. Tenía razón; era difícil negarle algo a aquellas mujeres. Y más cuando ambas tenían unos ojos que eran capaces de convencerlo a uno de todo.
-Está bien, está bien…-consintió el frontman de Tokio Hotel, respirando profundamente, en un intento de tranquilizar sus ánimos-Te la paso porque estás enamorado. Si no…-

-No me pongas condiciones ahorita-le reclamó su hermano mayor-Suficiente tengo con saber que tengo un partido de tenis con el tremendo e intimidante hermano de Frances en una semana. Ni siquiera sé jugar bien tenis. Lo mío es el baloncesto…-

-¡Oh Dios mío!-gritó una voz varonil de inmediato, al mismo tiempo que se escuchaba un azote de una puerta estrellándose contra una pared-¿Es que acaso el cielo podría ser más misericordioso? Lo dudo mucho… ¡Tom Kaulitz, estás salvado!-

-Sí, ya decía yo que no me habían jodido lo suficiente aún-musitó Tom, sabiendo que este era el momento más inesperado para encontrárselo-Lo único que me falta hoy es que me orine un perro-

-Podemos salir, si quieres-respondió Andreas, dejándose caer junto a Tom en el mismo sillón que él.
-¿Por qué carajo ninguno de ustedes puede sentarse decentemente en estos jodidos sillones?-espetó Bill molesto, antes de dedicarle a Alice una sonrisa de disculpa. No le gustaba expresarse así enfrente de ella.

-Aha sí, lo que digas…-farfulló Andreas, al mismo tiempo que hacía un gesto con su mano derecha como restándole importancia al comentario de Bill. Una vez que vio que el vocalista de Tokio Hotel estaba suficientemente enojado como para sacar humo por las orejas, se dirigió a Tom de nuevo-¡Como decía antes de que este asno me interrumpiera…! Has sido salvado, hermano-

-¿Qué?-preguntó Tom-¿Ahora duermes con alguna tenista famosa que puede darme clases gratis?-

-Sí he dormido con tenistas, para tu información-le comunicó Andreas a Tom con una cara de importancia-Pero, eso no es lo esencial; lo esencial es… ¡Que yo te enseñaré a jugar tenis!-

-No bromees, lunático-le espetó Tom, poniéndose de pié-¿Desde cuándo tú sabes hacer otra cosa que no sea encontrar tus bóxers en las habitaciones de los hoteles donde duermes?-

-No hagas chistes públicos de mis múltiples aventuras románticas, gracias-se quejó Andreas, intentando ser falsamente cortés-Cállate ya o no te ayudaré a que Dorian no te haga pedazos el día del evento-

-Y al caso-intervino Bill-¿Tú cómo sabes jugar tenis? ¿Quién te enseñó?-

-Fabiho-sonrió Andreas inmediatamente, esclareciendo todos los misterios. Fabiho era tremendo para los deportes.

-¿Y cómo es que tú y él si quiera se llevan?-inquirió Tom, súbitamente extrañado por la confesión de Andreas. No sabía que su mejor amigo frecuentara demasisado con el casi hermano de Georg.

-¿Qué creen que hacemos cuando nos arrastran a sus viajes y no tenemos nada que hacer?-preguntó Andreas de vuelta; haciendo referencia a las veces en las que él y Fabiho habían coincidido-Fuera de eso, hemos salido un par de veces a rondar la ciudad. No es tan mal compañero de desorden como pensé en un comienzo-

-Sí, bueno-lo interrumpió Tom-Las maravillas de Fabiho me son irrelevantes en este momento. Tengo que aprender a jugar tenis en menos de una semana, verme como un profesional haciéndolo y no morir en el intento. ¿Alguna sugerencia de cómo empezar en el proceso?-

-Respira-sugirió Alice prudentemente y con voz dulce. Al momento, Tom volvió su rostro hacia ella; y la hubiese aniquilado con la mirada si ella no hubiese mostrado una mueca tan adorable en su rostro. Sin poder evitarlo, Tom le sonrió de vuelta.

-Gracias, cariño-respondió galante-Eso haré. Ahora, necesito averiguar la siguiente parte del plan-

-¡Vamos de compras!-puntualizó Alice emocionada, poniéndose de pié y abriendo sus brazos al aire. Atónitos, los tres chicos en la habitación se quedaron paralizados ante su muestra de entusiasmo. Mujer tenía que ser.

-No suena a mala idea-consintió Tom, tomando sus llaves del asiento de tela negra del sillón-Vamos en mi auto-

-Aha, cómo no-habló Bill-¿Y a dónde nos dirigimos exactamente?-

-A conseguirle a Tom un atuendo de tenista-replicó Alice, sonriendo abiertamente para todos. Le fascinaba ir de compras-¿Vienes?-

-Ya que...-exclamó Bill con resignación, tomando la mano de su novia al mismo tiempo que ella encabezaba la procesión hacia el ascensor del pent-house camino al centro comercial más cercano. Detrás de ambos, Tom y Andreas los seguían de cerca.
-Alice, me siento como un tonto-bufó Tom, mirándose al espejo. Aún con la raqueta en la mano, seguía pareciéndose ridículo a sí mismo.

-Está bien, quizá te sobrecargué de accesorios-consintió ella-Quítate el suéter-

-Aún pienso que soy un idiota metido en un par de shorts coloridos-rumió desesperado. Sin quererlo, comenzó a pensar que tal vez había sido una mala idea traer a Alice con él.

-Tienes razón-consideró la humanoide, echándole un vistazo apreciativo a su cuñado. Detrás de los probadores, Bill y Andreas se desternillaban de la risa-Entra ahí de nuevo, desnúdate e iré a conseguirte algo más decente. No tardo-

-De acuerdo-aceptó Tom, caminando cabizbajo como un cachorro tristón. Dentro del amplio cubículo individual del probador, comenzó a quitarse todas y cada una de las prendas hasta quedar únicamente en ropa interior. Ni siquiera habían pasado dos segundos desde que se quitó la playera, dejando su pecho al desnudo, cuando unos nudillos resonaron contra la madera de la puerta blanca del probador.

-Ponte esto-le pidió Alice, desviando la mirada para no ver en calzoncillos al hermano de su novio. Considerando esto también, el interpelado apenas sacó su mano fuera del cubículo para tomar las prendas que su cuñada le ofrecía-Sal cuando termines y me dirás qué te parece-

-Entendido-respondió él-¿Me trajiste otra raqueta?-

-Te va a fascinar la que encontré-sonrió la chica involuntariamente, pensando en la reacción del músico cuando la viera. Llevaba poco tiempo de conocerlo y aún así ya sabía perfectamente sus gustos.

-Bastante impresionante-aceptó la humanoide cuando vio al mayor de los hermanos Kaulitz plantarse imponentemente frente a ella; que permanecía sentada en uno de los pequeños taburetes propios de la sala del probador de caballeros.
-¿Tú crees?-inquirió el guitarrista, quien no se había tomado la molestia de verse en un espejo antes.

-Mírate si no confías en mí-replicó ella, tomándolo de los hombros para conducirlo a la pequeña plataforma rodeada de espejos. Parado ahí, Tom no podía creer lo que veía.

Era él, sólo que muy diferente a como acostumbraba verse. La playera, de un impecable color blanco, era de una tela suave y cómoda al tacto. Puesta sobre su cuerpo, permitía apreciar sus hombros anchos de manera inmediata, a diferencia de la otra prenda que su cuñada le había traído anteriormente. Su espalda lucía poderosa y omnipresente en la habitación, atrayendo la atención de todos los que pasaban. En el abdomen, aunque no era tan ajustada como en la parte superior, la playera permitía apreciar a otros lo esbelto de la cintura del hijo primogénito de Simone Kaulitz sin llegar a ser exageradamente exhibicionista.

Los shorts, por su parte, eran más holgados que el modelo pasado. Aún así, el hermano mayor de Bill no pudo evitar notar que sus “atributos” resaltaban igualmente en la tela. De todos modos, la prenda estaba lo suficientemente suelta como para permitirle moverse con facilidad, e incluso con mayor libertad que la que le proporcionaban sus pantalones y bermudas. Los tenis, al igual que el short, eran a primera vista increíblemente caros; e igual lo hacían lucir como todo un profesional del deporte. Todo el conjunto le confería un aire de jugador experto que sólo aquellas ropas podían brindarle.

-Y-añadió Alice de último, complacida de observar la expresión de su cuñado conforme iba mirándose a sí mismo en los espejos-La raqueta-

La raqueta, impresionó a Tom al instante. De un color negro cromado brillante y lustroso, tenía grabados en platino de retorcidas espirales que llevaban todas a una calavera enorme y llamativa que, sin llegar a ser ostentosa, atraía la vista de cualquiera. Era como si la raqueta hubiese sido diseñada especialmente para él.
-Alice…-susurró Tom, sobrecogido por el momento-Todo esto es… perfecto-

-Tampoco exageres-le pidió ella, comportándose humilde-¿Qué tal te sientes?-

-Me siento…-

-Como un tenista-contestó Bill por él, interrumpiéndolo-Te ves como uno-

-Sí, hermano-consintió Andreas, uniéndose a Bill-No como ese horrible traje de payaso que traías puesto hace un rato. Parecías…-

Y así, con un gruñido que le indicaba que su opinión era de lo menos indicada posible, Bill le dio un codazo a Andreas que inmediatamente hizo que Tom se sintiera un poco mal por su atuendo anterior. Ahora, más que vergüenza, sentía pena de sí mismo.

-Pero ya cambió eso, ¿No?-quiso saber Tom, sintiéndose inseguro-Me veo… ¿Bien?-

-Más que bien-le sonrió Alice, infundiéndole seguridad y algo de autoestima-Frances va a adorarte cuando te vea-

-Sí-reconoció Andreas, portándose más amable esta vez-Serás su Roger Federer-

-Muy gracioso-le espetó Tom, con una sonrisa falsa-Bueno, ya. Ya quedó lo de la ropa-

-Ahora…- comenzó Bill.

-Sólo…-se sumó Alice.

-Quedan las clases-espetó Andreas-Prepárate, tigre. Voy a enseñarte unos cuantos movimientos, que si bien no te harán el mejor de los maestros del deporte, si te ayudarán a que Dorian no te haga parecer una basura ese día-

-Dicen que es buenísimo-bufó Tom, desesperado; caminando a su cubículo en el probador para ponerse su ropa de nuevo y poder pagar lo que iba a llevarse.

-Es un humanoide-replicó Alice de manera inconsciente-Está en su naturaleza ser insuperable en todo lo que hace-

-Todo lo que hace…-repitió Bill, sintiéndose fatal de un momento al otro. Alice tenía razón; era humanoide y era insuperable… igual que Briant.

2 comentarios:

Itzel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Itzel dijo...

(Me vi en la necesidad de borrar el otro, espero no te moleste, pa´l caso decía lo mismo... pero con unos cuantos "dedos" de por medio xD)


Estemmmmmm... pues por un extraño motivo el capi no se veía en mi lap, sólo el fondo negro, así que me vi en la necesidad seleccionar todo el texto, para que se viera, en times y chiquita :[ A cualquiera le pasa :D

¡Pobre Tom! Todo paniqueado, pero bueno, al menos ya se ve un poquito "Decente" xD Y bueno, sólo espero que "esta reunión" no sea como "otra anterior" donde humano y humanoide casi se golpean :S


Esperemos que no le den la arrastrada de su vida :S


Muy bueno!


Besos!



S.K