1 de febrero de 2012

Presencia

Presencia by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

Pasada la discusión madre-hijos entre los Kaulitz, la visita de los gemelos a su madre resultó de lo más espléndida para todos. En un intento de mostrarle a Simone que no era tan mala para su hijo menor, Alice hacía todo lo que estaba en sus manos para sacar sus mejores gracias, sus dones y habilidades que le resultaban una maravilla de lo más práctica a Gordon y un tanto tranquilizantes para Simone, principalmente la capacidad de su nuera para cocinar, cosa que le hacía saber que, a partir de su llegada a la vida de Bill, este comería un poco mejor. Además, tanto a él como a su gemelo se les veía más rozagantes desde que vivían con la fascinante criatura, un tanto más lozanos y animados a diferencia de antes. Así, la madre del par de músicos se quedó tranquila al marcharse estos, tres días más tarde, haciéndoles prometer que volverían a visitarla en cuanto tuviesen la oportunidad. En un acto emotivo, la familia entera se despidió, partiendo los dos Kaulitz y Alice de vuelta a su vida normal.

Vista general del departamento de los Kaulitz
Una vez de regreso en Los Angeles, Tom volvió a enfocarse en su misión principal antes de que todo aquél embrollo Alice-Bill comenzara: buscar oportunidades para toparse con Frances. De nuevo, entre sesiones de producción en la banda para finalizar el disco y los fittings para las diferentes pasarelas en las que se presentaba ocasionalmente, el guitarrista se las ingeniaba para encontrar el tiempo necesario para toparse con Umbrose, a la que era bastante difícil localizar, a pesar de su status de celebridad. Finalmente, un día que ya se encontraba de lo más exhausto, tirado en el sofá de su casa, escuchó las risas de Alice y Bill, quienes venían entrando por el recibidor, ambos tomados de la cintura del otro. 

-Te juro que no lo podía creer cuando me lo dijo- expresó Bill, su rostro pasmado en una expresión de emoción.

-Seguramente- contestó Alice, dándole un beso en la mejilla- ¡Es lo que tú querías! Estoy tan orgullosa...-

-Lo sé- repuso él, volviéndose para devolverle el beso, esta vez en sus labios rosados- Espera a que se lo cuente a...-

-¿Thomas?- se inmiscuyó el mayor de los gemelos, levantándose a medias del sofá -Ya está aquí, por si tienes algo que contarle-

-No tengo algo- contestó Bill, sabiendo que la noticia revitalizaría a su hermano, quien se veía tan decaído- De hecho traigo todo-

-Para ti- repuso Tom, aún sentado a medias.

-Para ambos- lo corrigió su hermano menor con una sonrisa que abarcaba todo su rostro -Adivina quién es el first face del evento Chanel de mañana-

-Tú, ya me lo habías dicho- respondió el guitarrista con certeza, sin encontrarle maravilla alguna a aquél suceso.

-¿Y quién es la first face femenina para la misma marca?- inquirió el cantante.

-Frances- repuso Tom con total seguridad, sabedor de cada uno de los pasos de su mujer.

-¿Y adivina quién va a hacer que el desfile de mañana sea un evento mixto?- soltó de último el frontman.

-¡No!- exclamó su hermano mayor, su rostro congelado en la sorpresa -¡No puede...!-

-Ya lo hizo- expresó Bill, disfrutando de la expresión en el rosto de su gemelo- Y tengo pases para...-

-¡Primera fila!- gritó el entusiasmado productor y músico, poniéndose de pié de un salto - ¡Santa madre, Macky! ¡Eso significa que...!-

-Estarás en primera fila- completó el menor de los hermanos la frase, con una expresión de total satisfacción en su rostro: sabía que a Tom le agradaría la noticia.

-¡Te juro que no puedo espe...!-

Vestuario de Tom
Y antes de que ambos se hubieran dado cuenta, Tom Kaulitz y el resto de sus amigos, que eran prácticamente ya como su familia, se encontraban sentados en primera fila con sus galas más informales, listos para ver al más pequeño de los hermanos Kaulitz, estando su hermano mayor y su novia sentados justo en el centro de la primera fila, mirando directamente hacia la pasarela. Con una playera color gris y y una sudadera todavía un tanto amplia, como las que eran sus estilo hacía años, el guitarrista no podía esperar a ver a su hermano salir por alguna misteriosa entrada, seguido seguramente de la mujer de su vida.

Lentamente, las luces se fueron atenuando poco a poco, haciendo que en la habitación se cirniera un aura de encanto y fascinación que fue aumentando conforme las luces iban desapareciendo, dejando iluminada únicamente una plataforma de color blanco implecable, en torno a la cual rizos de vapor se movían ondulantemente, como si ésta se encontrara en llamas. Al cabo de unos cuantos minutos, la música de The Pretty Reckless con Taylor Momsen cantando sus primeros estribillos comenzó a resonar por toda la habitación, indicando que el espectáculo había comenzado. De inmediato, cantidad de fotógrafos comenzaron a perfilar sus cámaras, al mismo tiempo que Bill Kaulitz, una de las estrellas de la moda más sobresalientes de aquellos tiempos, apareció de la nada, levantando su rostro de manera petulante, como solía hacerlo para llamar la atención de las masas. Sincronizado perfectamente con la música que sonaba a su alrededor, el hombre se fue moviendo impecablemente, con sus aires de dios todopoderoso, hacia el final del entarimado, el cual se había convertido en una lisa y sencilla superficie blanca.

Vestuario de Alice
Maravillada, una entusiasmada Alice enfundada en un vestidito blanco de encaje marca Dior observaba a su novio con toda la fascinación posible, pasmada al contemplar aquella faceta de Bill que nunca había visto antes. Sensual, se movía cada vez más cercano a ella, haciendo que a la criatura le dieran ganas de levantarse de su asiento de improviso, subirse de un salto a la plataforma en la que él se encontraba y tomarlo entre sus brazos para comérselo a besos y después... después podrían pasar otras cosas más interesantes. Como en un impulso, la humanoide no pudo evitar morderse los labios con frunción, sintiéndose presa de terribles tentaciones que hacían que el corazón le latiera más rápido y su mente se llenara de pensamientos lujuriosos. Al ver semejantes reacciones en su novia, al cantante de Tokio Hotel también le dieron súbitas ganas de despojarse de todo el vestuario que le habían proporcionado, para hacer con su mujer cosas que no tuvieran nombre.

Mientras tanto, a un lado de los enamorados, Tom no podía quitar la vista del fondo de la pasarela, esperando ansiosamente el momento en el cual una gloriosa Frances Umbrose apareciera por el camino que su hermano había seguido. Súbitamente, en uno de los picos de la música, los reflectores enfocaron cuidadosamente a una criatura que venía envuelta en un vestido de ligera gasa negra, sus pies cubiertos por unas zapatillas de intrincado diseño fabricadas de un material transparente que nadie alcanzaba a descifrar qué era.

Caminando diestramente a lo largo de toda la pista movible de la pasarela, la pelirroja avanzaba con aire serio y amenazador hasta que, directamente sentado delante de ella, reconoció un rostro que le era más que familiar. Acomodado en primera fila, la modelo reconoció al hermano de Bill, Tom, sonriéndole únicamente a ella. Sin poder evitarlo, la mujer se congeló súbitamente al ver el rostro de rasgos armoniosos del mayor de los hermanos Kaulitz observándola. Durante lo que le pareció una eternidad, se mantuvo de pié, estática frente a la multitud, insconsciente de cualquier otra cosa que no fuera la sonrisa brillante y abrasadora de Tom.

Durante un momento, el staff del evento, e inclusive el mismo Lagerfeld, llegaron a preocuparse al ver que la mujer, con la mirada fija en el guitarrista, no se movió durante lo que parecieron largos minutos, mismos que, para muchos duraron lo mismo que una eternidad. Repentinamente, la modelo pareció despertar, parpadeando aceleradamente mientras volvía a la pasarela, avanzando como si nada. Internamente, Tom no pudo hacer otra cosa que sentirse absolutamente maravillado ante lo que había sucedido; más, lo que no sabía, era que a su espalda, unos cuantos asientos atrás, una celosa Annya Nikova los observaba a ambos, puesto que no había sido invitada a participar en el desfile.


1 comentario:

Itzel dijo...

¿Dios todopoderoso? Ja! Para muchas es casi eso... y me incluyo, pero no como Dios. Nop

Tssss... la que se les va a armar con la Nikova...

¡Pervertidos lujuriosos! ¡Quién los viera a los niños! todos desesperados por arrancarse la ropa xD

Muy bueno!

Besos!

S.K