28 de mayo de 2012

Resistencia


Resistencia by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

-¡Rápido! ¡Nos están alcanzando!- exclamó la voz femenina, sufriendo un ligero ataque de alarma al ver la vertiginosa velocidad a la que se aproximaban las tropas de Astrella, trotando sin cansarse a sus espaldas.

-Dorian...

-Yo me encargo- sonrió el caballero, un gesto petulante y amenazador engalanando las delicadas facciones de su encantador rostro masculino. Apenas un minuto más tarde, ya se encontraba de regreso, entrelazando de nuevo sus largos dedos con los de la criatura que trotaba a su lado, ligera como una gacela y graciosa como un pañuelo al viento. Al sentir de nuevo el toque de su piel contra la de ella, la damisela no pudo evitar reír, absolutamente fascinada. A un escaso metro de distancia de ellos, la pelirroja esbozó una débil sonrisa que, internamente, le indicó que a pesar de lo apretado de la situación, iban a salir bien librados de ella. De manera empática, estrechó en su mano los dedos que venían entrelazados con los suyos, sudando a causa del nerviosismo que embargaba a su propietario.

-Debería de estar...

-¡Alice!- exclamó el individuo con todas sus fuerzas, apretando los dientes a causa de la desesperación de saberse atrapado; sin embargo, aquello de lo que no era consciente, radicaba en que tras la puerta que dividía aquella extraña oficina con el corredor que conectaba las alas ejecutivas de Astrella, se encontraba ella.

-Bingo...- musitó la criatura con entusiasmo, partiendo la puerta de una patada. Ante semejante explosión, el sujeto que se encontraba atado de manos y pies se encorvó un poco, como queriendo proteger su rostro, antes de levantar de nuevo la mirada, para encontrarse con la sombra de la poderosa y fuerte criatura.

-¡Alice!- repitió el aliviado humano, sonriendo abiertamente.

-¿Escucharon eso?-

-No pueden estar muy lejos de aquí- aproximó uno de los sujetos- Rápido; si nos apresuramos, tal vez demos con ellos.

-¡En ese caso, a toda marcha!- ordenó la criatura pelirroja, doblando en el codo de una intersección entre dos corredores. Más tarde, musitó para su compañero, aquél que con dificultad le seguía el paso- Aunque me parece bastante extraño que...

Más ni siquiera había concluído la frase cuando súbitamente, del techo, salieron una especie de torretas coloradas, fulgurando con intensidad mientras emitían el sonido de una sirena que taladraba los oídos de una manera impresionante. A pesar de la fortaleza con la que contaban sus oídos, los individuos no pudieron evitar encogerse ante semejante sobresalto.

-¡Hay que apresurarnos!- instó uno de ellos al resto del grupo, una mujer de largo cabello castaño que le caía en ligeras ondas por la espalda, contrastando con su traje enteramente blanco de algodón.

-¡Frances! 

-¡Alice!

-¡Tenemos que salir de aquí!- intervino un tercero, alzando la voz de manera que los demás pudiesen rastrearlos siguiendo el sonido de sus palabras.

-¡Auxilio!- replicó uno más, un perteneciente al clan de los humanos que, por una verdadera coincidencia, había sido atrapado de un brazo por uno de los guardias de Astrella. Inmediatamente, el resto de los fugitivos se volvió hacia su posición, buscando la manera de ayudarlo. Debían actuar audazmente, o moriría.

-¡Suéltalo!- exclamó una voz que ninguno de ellos había escuchado antes, proveniente de una garganta que parecía raspada por el desuso. 
Súbitamente, una mancha plateada se dejó ver dentro de la habitación, misma que se le abalanzó al guardia que intentaba someter al músico por la fuerza. Confundido por lo que acababa de ver, el individuo se quedó en blanco, completamente pálido, observando a sus compañeros con la boca abierta más, antes de que pudiese acercarse a ellos de nuevo, las alas se cerraron con unas compuertas enormes de metal, que seccionaron el corredor en el que se encontraban de manera que ellos quedaron atrapados en una sección, la misteriosa mancha plateada y los guardias en otra y, por último, el humano, solo ante el boquete humeante y recién abierto del que había saido la mancha.

-Pero que...

En ese momento, un escalofriante siseo se dejó escuchar desde el boquete recién abierto.

-¡Tenemos que salir de aquí!

-¿Y cómo? ¡Esto está completamente sellado!

-¡Has algo!- exigió una de las mujeres, haciendo gestos impotentes hacia un hombre que resultaba físicamente idéntico a ella. Éste, de inmediato, le dirigió una mirada desesperada, indicándole que ya le había mencionado con anterioridad que no había solución alguna en sus manos para hacerlos salir de allí.

-Un momento, ¿Qué es...?
-Vaya, vaya...- se rió Dodman Roberts a la distancia en el pasillo, ante la mirada atónita de todos los humanos y humanoides- Pero miren quién vino a buscarlos... la misma mujer que me dio referencias sobre su paradero.
-¡Tommy!
-¡Annya!- exclamaron tanto el músico como la mujer a la que éste tenía tomada de la mano. A pesar de no tener memoria sobre sus infidelidades, la pelirroja sí recordaba a la modelo rusa y, para mejor, la pensaba como la amiga que alguna vez había sido.
-¡Ayúdame!- rogó la chica actuando, por primera vez en su vida, de manera humilde y necesitada. Demasiado paralizados como para hacer algo al respecto, las únicas personas del grupo que la conocían ni siquiera se movieron; en cambio, alguien más se acomidió por ella y, de inmediato, salió trotando en su dirección.
-¡Señorita!- respondió al llamado el individuo menos pensado. Ante la mirada atónita de su ex esposa, Briant Project salió a la carrera a perseguir a Roberts antes de que la siguiente división del pasillo se cerrara.

2 comentarios:

Itzel dijo...

O sea, no entendí cuándo fue que todos se juntaron en el super equipo invencible casi como The Avengers :/ No entendí bien quién era quién en cada cambio de escenario hasta que se unieron :/ ni ahí además de todo

Esa pinche Annya! Esa Annya! ¿Se va a quedar con Brian? O______________o

Itzel dijo...

Y luego la macha salvadora... ¿quién carambas era? xD