26 de agosto de 2011

Deslumbrante


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Sin saber cómo ni de dónde, las luces que se encontraban colocadas encima de la mesa encendieron todas al mismo tiempo, soltando un fulgor azul neón cegador que hizo que el resto de la sala de juntas, que de por sí se encontraba a obscuras, pareciera más negra de lo que ya era.

Cegados, los ejecutivos de Astrella quedaron anonadados ante la súbita visión de cuatro creaturas extraordinariamente hermosas que semejaban tanto a un humano que cualquiera de ellos podría haber jurado que no eran más que hombres y mujeres comunes; sin embargo, todo cambió cuando los cuatro saltaron los unos hacia los otros a una altura impresionante, imposible de alcanzar por cualquier ser vivo, para colocarse con toda delicadeza en los lados opuestos de la mesa sobre la que se encontraban. Una vez acomodados como habían ensayado previamente con Vo, Briant y Redgie dieron unos cuantos pasos al centro y comenzaron a luchar uno contra el otro, sin modos bélicos y a manera de exhibición, asestándose golpes tan rápidos que difícilmente se veían, e ingeniándoselas para esquivarse el uno al otro y que así nadie resultara herido. 

En medio de la pelea, y por accidente, ambos partieron la mesa en la que se encontraban de un golpe, cosa que, en vez de enfadar a los accionistas de Astrella como Vo había pensado en el momento en el que ocurrió, emocionó a la audiencia y tanto hombres como mujeres comenzaron a aplaudir y a gritar como enloquecidos, maravillados ante la cantidad de aptitudes que mostraban los seres ante ellos. Súbitamente, mientras continuaban luchando, Alice y Selick se soltaron a decir una gran cantidad aleatoria de datos sobre todas las ciencias conocidas por el hombre. Hablaron del espectro electromagnético, la teoría de la relatividad de Einstein y corrientes literarias del Siglo XIX en Europa, todo en un parpadeo. Anonadados, los ejecutivos de la más grande compañía de soluciones biológicas a nivel internacional los observaban con la boca abierta, hasta que, de repente, un hombre hizo un gesto con la mano y los dos hombres y sus dos mujeres guardaron un silencio espectral, como si les hubieran aplastado el botón de "Apagado". 

-¿Qué...?-tembló el señor Roberts en su silla, agazapado en ella como un niño asustado-¿Qué fue eso, Richard?- 

-Se llaman humanoides-habló el hombre, haciendo mentalmente que todas las luces de la habitación se encendieran para que los accionistas de la compañía pudieran ver mejor a los cuatro individuos, los cuales permanecían de pié, precariamente, encima de la mesa hecha pedazos-Y son el más reciente lanzamiento de Astrella Laboratories-

-¿Lan... lanzamiento?-titubeó una mujer que, por sus rasgos faciales, podría haber sido japonesa-¿De qué está usted hablando, doctor Vo?- 

-Hablo de la siguiente etapa de la evolución, señora Chabanenko-le contestó Vo respetuosamente a la mujer de unos cuarenta años, de cabello entrecano y ojos rodeados de diminutas arrugas-Es tiempo de olvidarnos de las dificultades que las condiciones adversas de este planeta representan para la raza humana, ¡no más preocupaciones! ¡Se acabaron las enfermedades, se terminó el miedo a los desastres naturales y a los peligros biológicos! He aquí el siguiente escalón de la evolución...-

Fascinado, Dodman Roberts observaba al científico, exaltado y contento al mismo tiempo. Sabía, internamente, que el proyecto iba a ser todo un éxito, podía presentirlo dentro de sí desde el primer millón de dólares que su padre invirtió en un joven Richard Vo y uno de sus colegas más cercanos...  pero esto, esto sencillamente no tenía precedentes.

-¿Y cuándo salen?-preguntó Roberts entusiasmado, sabiendo que uno de los objetivos del proyecto era que las creaturas del doctor Vo abandonaran algún día la seguridad de las instalaciones de Astrella Laboratories para ir a vivir en medio de los seres humanos.

-¿Cuándo?-repitió Vo sorprendido, casi ofendido, por el comentario del ignorante millionario; quien evidentemente no tenía ni la más remota idea de que los preciados proyectos de Richard Vo no verían la luz solar hasta dentro de aproximadamente seis meses, si las pruebas resultaban según los estándares que él mismo había establecido apenas esa misma semana.

-¡Sí! ¡Se van mañana! ¿No es así?-insistió Roberts, al ver que Vo lo observaba con una extraña mezcla de desprecio e incredulidad en sus facciones. A los lados de la mesa rota, el resto de los accionistas también habían girado su rostro hacia el científico, esperando una respuesta de su parte. Creyendo que era la sorpresa lo que no le permitía hablar al doctor Richard Vo, el señor Roberts, de manera condescendiente, contestó por él-Sí, es un hecho: los quiero mañana a las 4 a.m. en la salida de esta jaula de hámsters. Durante la noche se preparará su implantación para que nadie sospeche del proyecto-

-Pero, señor...-se interupuso Vo a favor de sus humanoides, al ver que Roberts hablaba en serio.

-No fue una pregunta, Richard-le contestó Dodson Roberts al científico paliducho que tenía frente a él, al mismo tiempo que tronaba los dedos, señal para que sus guardaespaldas se le acercaran, señal de que ya se iba-Cuatro de la mañana-

Sin darle más tiempo al científico de reponerse de la súbita impresión de su éxito, así como del pánico que sentía tan sólo pensar en enviar a sus preciadas creaciones al mundo exterior sin estar debidamente preparados, el accionista mayoritario de Astrella salió por la puerta principal de la sala de juntas, jalando al resto de los accionistas tras de sí, dejando solo a Vo con los cuatro individuos que aún se mantenían en sus posiciones sobre la mesa.


1 comentario:

Itzel dijo...

¡Wow! Ya se van a mover el mundo ¡Ujule!... ¡Qué señor tan desesperado!...

¿Ya se van a salvar al mundo? >.< ¡Ay, qué bonitos! Aver cuando se encuentran con mi lindo novio Bill ¡Que emoción!

Buen capi



Besos!



S.K