Aquella noche, después de tantas esperas e inseguridades, Tom Kaulitz bajó solo de su aerodeslizador; por supuesto, trayendo detrás de su flamante Audi del año los aerodeslizadores del resto de sus amigos, los cuales, graciosamente, fueron bajando uno a uno de los aeros que los habían transportado a uno de los eventos más exclusivos de aquella noche. Ante las miradas atónitas, envidiosas y hasta de odio de algunos de los presentes, se fueron abriendo paso hasta que llegaron a la entrada del lugar, en donde de inmediato no sólo los recibieron con bombo y platillo, sino que también les asignaron una de las mesas vecinas a las de Lagerfeld.
![]() |
Vestuario de Frances |
-Corre-fue lo único que atinó a decir Klaus, su brazo en torno a los hombros de Phoebe, quien únicamente se reía del espectáculo masculino que tenía frente a sí. Haciendo caso a su consejo, el músico no se tomó ni cinco minutos más para volver a pensar las instrucciones que uno de sus mejores amigos en el mundo acababa de darle. Decidido, avanzó a lo largo del salón, atravesándolo a pesar de las miradas que se iban clavando sobre él.
![]() |
Dorian |
-Con permiso-lo interrumpió alguien más, quitándolo del camino. Sorprendido y molesto a la vez, el hijo primogénito de Simone Kaulitz se preparó para insultar al idiota que acababa de sacarlo de su trayecto, hasta que se dio cuenta de que éste abrazaba a la mujer de sus sueños por la cintura. Aproximándose para darle un beso en la mejilla. A diferencia de lo que Tom esperaba, Frances se volvió contenta para corresponder el beso de aquél extraño, sonriendo abiertamente. Con sus esperanzas hechas pedazos, Tom sólo esperaba que a su hermano le estuviese yendo mejor que a él.
-¡Dorian!-exclamó una entusiasmada Frances, antes de girarse para abrazar por la cintura a aquél personaje que resultaba completamente desconocido para el extrañado Tom.
-Scarlett...-contestó una voz masculina, la misma que había hablado antes, en un tono tremendamente seductor que pareció encantarle a la delgada modelo pelirroja, quien sonreía entusiasmada entre sus brazos, sin prestarle atención al hombre detrás de ambos, el de las trenzas negras y el corazón hecho pedazos. Desde su mesa, los amigos de los gemelos se quedaron sin habla ante semejante situación.
1 comentario:
¿Dorian... Gray? Jajajajaja
¡Pobrecito Tom, ahora sí le bajaron la moral! :(
¿Qué se supone que está haciendo Bill en esos momentos exactamente?... ¡Dime, yo quiero saber que pasa con Alice!
Muy bueno
Besos!
S.K
Publicar un comentario