16 de enero de 2012

Encrucijada


Encrucijada by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

Mientras tanto, las cosas entre Alice y Bill iban de manera maravillosa. Ambos se complementaban de una manera excelente como pareja y no sólo en su relación amorosa, sino también en el trabajo. Tenían ideas excelentes a cada minuto y contagiaban de su buen ánimo al resto del equipo, quien agradecía la llegada de la humanoide al grupo puesto que no únicamente les brindaba beneficios monetarios, sino también como persona enriquecía su vida enormemente. Era del ideal de irse a comer todos juntos a las horas del almuerzo y la comida y no dejaba que Bill se saltara ni una de sus comidas, como él solía hacerlo antes. Lo había inducido a probar nuevos alimentos, para satisfacción de todos sus amigos, pues en cuanto alimentación el vocalista era antes todo un dolor de cabeza. Ahora, el enorme grupo disfrutaba salir a las cuatro de la tarde a ingerir alimento juntos, charlando animadamente, discutiendo ideas que se les ocurrian para finalizar la producción del disco y haciendo planes, puesto que querían viajar próximamente juntos a las islas griegas.

Así, ambos se pasaban sus días, entre el trabajo, su romance, los amigos y andar con Tom de un evento al otro en la búsqueda de Frances, hasta que un buen día el encanto se terminó. Allí, en la bandeja de entrada de mensajes del holocomunicador de Alice, había una empalagosa carta de Selick en la cual le exigía que acudiera a su casa en una comida que quería celebrar en señal de reconciliación entre el grupo humanoide. En ningún momento mencionaba la presencia de Briant, además de que insistía en la necesidad de conocer al novio de la humanoide, Bill. Angustiada por lo que podría pasar en aquél evento, la criatura tampoco podía negar que le emocionaba la idea de volver a entablar una relación con sus antiguos allegados, a los cuales llegaba a extrañar ocasionalmente. Finalmente, llegó a la conclusión de que quería hacerlo: quería ir a aquella extraña comida.

Internamente, se preguntaba día y noche cómo podía hacerle para, como había leído en un libro, "dorarle la pastilla a Bill". Sabía que la idea no le agradaría, que hasta podía negarse rotundamente a asistir, más decidió que era peor no preguntarle y tener que cancelar la comida de Selick que hablar con él y pedírselo amablemente.

Un buen día, en el cual ambos se encontraban afuera de uno de los restaurantes que ahora tanto frecuentaban, la humanoide tomó valor para discutirlo con su novio, estando los dos estrechamente abrazados, en espera de que su aerodeslizador llegara del estacionamiento para que pudieran irse. Durante un momento en el que pensaron que nadie los observaba, se besaron en silencio, como ya era su costumbre.

-Hazlo de nuevo-le pidió Alice a Bill, intentando recuperar el aliento- Por favor-

-¿Hacer qué?-preguntó él a su vez, jadeando fuertemente a la vez que sujetaba la cabeza de ella junto a la suya; temblando por la emoción del beso.

-Lo que acabas de hacer-insistió ella, soltándose de su posición para mirarlo de nuevo a los ojos y contemplar con hambre sus labios, que tan bien le habían sabido.

-Alice, esto es algo nuevo para ti- le dijo él, intentando no mirarla a los ojos para no perderse en ellos. Algo tenían los ojos de Alice que hacían que mirarla resultara casi hipnótico- Creo que debemos ser pacientes…-

-Yo no quiero ser paciente- lo interrumpió Alice con voz imperativa. Era una sensación tan placentera, tan llenadora que no podía vivirla una sola vez. Necesitaba repetirla.

Sin esperar a escuchar si Bill realmente estaba de acuerdo con ella o no, Alice lo tomó del cuello y lo atrajo hacia ella observándolo directamente al centro de sus pupilas marrones. Bill no pudo resistirse y se dejó llevar por los movimientos de Alice que se guiaban en base a sus propios instintos. Alice no entendía como, pero de alguna forma sabía que hacer sin que nadie le hubiese enseñado. Ella mantuvo los ojos completamente abiertos y clavados en la mirada perdida de Bill hasta que estuvo segura que él se encontraba tan sumergido en el beso como ella deseaba. Una vez que sintió los movimientos de Bill corresponder a los suyos, cerró los ojos y se dejó llevar hasta el instante en el que Bill comenzó a despegarse de ella.

-No lo hagas- le susurró Alice a Bill de forma suplicante.

-No estás lista- le respondió Bill en otro susurro. Ésta vez se aseguró de tomarla de ambos hombros para alejarla de él y que esto no volviera a suceder. Bill no entendía por qué, pero toda su mente y su razón se evaporaban cuando de Alice se trataba y sabía perfectamente que si él no le ponía un alto no sabía hasta donde podrían llegar.

-Claro que estoy lista- lo contradijo Alice, sintiéndose ligeramente decepcionada y contrariada con la opinión de Bill.

-No Alice, no lo estás- dijo Bill hablándole por primera vez de una forma ligeramente cortante- Crees que estás preparada para sentir todas éstas emociones de golpe y no es así. Yo no quiero que después te sientas arrepentida por hacer algo gracias a que yo no sé controlarme contigo-

Intentando entender sus palabras, algo en el interior de Alice le indicó que lo que Bill quería era protegerla. Inmediatamente el coraje que había desarrollado contra él por no desearla del modo en que ella lo hacía con él se había desvanecido, opacado por un sentimiento de culpa al haberse sentido molesta con Bill.

-Discúlpame- le pidió Alice bajando el rostro, avergonzada por lo que acababa de pasar y la manera en la que se comportó- No era mi intención ser así contigo. Esto es todo nuevo para mí, y no sé bien como controlarlo. Lo siento mucho-

-No tienes por qué sentirte mal contigo misma, cielo- la consoló Bill tomándola por la barbilla para que lo observara a los ojos- Está en tus instintos, no puedes reprimirlo. Pero no tengas miedo, mi Alice. Yo te cuidaré-

-Gracias- replicó Alice sintiéndose aún más querida que durante el momento del beso. Esta era otra clase de emoción muy diferente a las demás: era un ligero y tierno calorcito que la hacía sentir reconfortada y segura.

-Tú no te preocupes por nada- añadió Bill abrazándola de una manera más tierna que pasional- Yo estoy contigo, y te amo. Recuérdalo siempre, ¿Sí? Pase lo que pase-

-Por cierto, Bill cariño- dijo Alice desde la seguridad y comodidad de los brazos de Bill sin importarle que todos los paseantes del lugar pudieran estar viéndolos insistentemente- Quería decirte algo-

-¿Qué pasa, amor?- le preguntó Bill a ella con todo cariño. Había algo en ella que la hacía amarla con especial ternura sin saber bien por qué.

-¿Qué te parecería conocer a mi familia?-le propuso Alice sacándose por fin ese horrible nudo del estómago- Tú sabes a qué me refiero. Quiero que conozcas a Selick, a Redgie y pues… a Briant-

Por un momento, la columna vertebral de Bill se vio recorrida por un horrible espasmo que lo dejó helado. ¿Ir a una casa llena de humanoides donde sabía perfectamente que no era aceptado? Y más nada, finalmente conocería frente a frente a Briant. El Briant que se suponía era el marido de Alice y al cuál había dejado por irse a vivir con él, asunto del cual ya habían hablado anteriormente.

-¿Cuándo?- inquirió Bill con un hilo de voz, notablemente temeroso.

-No lo sé, quizás la próxima semana- mencionó Alice sintiéndose tensa también. Por fin su “familia” iba a conocer a su Bill. Y más que nada le preocupaba lo que pudiera decir Selick. Aunque odiaba reconocerlo, a Alice le importaba mucho la opinión de ella- O cuando tengas tiempo. Por mí no hay ningún problema-

-¿Crees que podría llevar a Tom?- sugirió Bill intentando aligerarse la situación pensando que las cosas estarían mejor si llevaba a su hermano con él.

-Claro, no veo por qué no- sonrió Alice nerviosa. Si Bill se sentía más cómodo llevando a su hermano le fascinaba la idea.

-¿Qué te parece si vamos mañana?- expresó Bill pensando que en cuanto antes lidiara con esto antes terminaría su martirio.

-Me parece fabuloso- consintió Alice. Ahora no sólo era la presión de la comida, sino también las ansias de no saber que iba a pasar. Después de todo, eran un par de humanos en el hogar de unos humanoides- Holografiaré a Selick esta noche para ponernos de acuerdo-

-Magnífico-añadió Bill sabiendo que no lograba engañar a Alice por muy inocente que ella fuera. Los nervios estaban haciendo de las suyas con él y no podía evitarlo- Le diré a Thomas hoy en la cena-

-Digámosle los dos- dijo Alice intentando aligerarle el mal rato a Bill.

-Claro, ¿Por qué no?- suspiró Bill abrazando a Alice por los hombros.

-Tom- llamó Bill a su hermano esa misma noche durante la cena, mientras todos comían konisberg klopse recalentado en sus platos. Tom comía sin prestar mucho interés a los demás comensales ya que estaba pensando en su siguiente oportunidad para toparse con Frances.

-¿Sí?- contestó Tom al momento, saliendo de una forma demasiado brusca de sus pensamientos.

-Alice y yo queríamos saber… bueno, más bien queríamos invitarte…-comenzó a balbucear Bill sin llegar a nada en concreto.

-Verás, Tom- interrumpió Alice a Bill, llamando la atención de Tom; quien la miró de inmediato- El día de mañana hay una comida en la casa de Selick. Selick es una humanoide y yo fui creada con ella. Va a haber otros humanoides allá y Bill y yo queríamos saber si te gustaría acompañarnos-

Ante las palabras de Alice, Tom se quedó pensando profundamente sin despegar su mirada de la novia de su hermano. ¿Comer con humanoides? Hasta qué punto habían llegado las cosas en ésta sociedad. Sin embargo, la cara de Bill demostraba profunda tensión y Tom supo que no había sido precisamente idea de Alice invitarlo a comer con sus “parientes”, si es que así podía llamárseles. Sin querer, Tom sintió en su interior la suplica silenciosa que le hacía Bill.

-Sí, será un gusto- aceptó Tom pasados unos minutos en los que Alice no podía adivinar lo que estaba pensando Tom, pero aún así sabiendo en el fondo que él aceptaría- ¿A qué hora?-

-Alrededor de las tres de la tarde- explicó Alice, habiendo hablado con Selick apenas una hora atrás o menos. La idea no le había gustado tanto a Selick ya que ella nunca esperó que Alice fuera suficientemente valiente como para aceptar su apuesta- Llegaremos allá a comer con ellos y se los presentaré formalmente. Quiero que vean quienes son mi familia-

Dicho esto, Alice sonrió y tomó la mano de Bill. Bill hizo lo mismo nada más que utilizó su mano izquierda para extenderla hacia su hermano frente a él en la mesa y se la ofreció esperando que la estrechara también. Tom no pudo negarse y apretó ligeramente la mano de su hermano al mismo tiempo que le tendía la suya a Alice, quien dubitativa también tomó la mano de su cuñado.

A la mañana siguiente, Alice se levantó más temprano de lo habitual y después de darle a Bill un beso en la mejilla aún cuando él seguía dormido se vistió sin prestarle mucha atención a su ropa y se dirigió a la cocina buscando algún libro que pudiera instruirla acerca de que podría llevar a la comida de Selick el día de hoy. Visto en perspectiva, le parecía un poco patético que en Astrella se hubieran tomado la molestia de darle clases de etiqueta y buenos modales y sin embargo no le hubieran enseñado que era el amor.

Se decidió por una ensalada de diferentes clases de lechugas y fresas partidas en mitades junto con cerezas y moras para darle un toque dulzón e hizo una lista con las cosas que necesitaba comprar. Abajo, tomó el aerodeslizador de Bill cuyas llaves cogió del tazón donde los cuatro chicos dejaban sus llaves cada noche y condujo hasta una tienda de comestibles donde juntó todo lo que necesitaba. También hizo una parada rápida para comprar una buena botella de vino francés con la tarjeta que le habían proporcionado en Astrella para cualquier clase de gastos que necesitara hacer.

A las doce del día, Alice ya había preparado un gran tazón de ensalada en un recipiente que encontró en los cajones de la cocina de los muchachos y la decoró de manera que se veía increíblemente deliciosa a los ojos de cualquier comensal. Para esa hora, ya planeaba comenzar a bañarse y arreglarse aunque Tom y Bill no hubieran despertado todavía.

-Buenos días- rumió Tom, a quien Alice se encontró en la sala. Se le notaba algo torpe por haberse levantado apenas, y su cabello estaba desordenado en un millón de direcciones diferentes.

-Buenos días- le sonrió Alice en respuesta. Con lo ocupada que había estado picando y partiendo cosas apenas había tenido tiempo de pensar en la reunión de hoy y se sentía mucho más calmada- ¿Quieres que te prepare algo de desayunar?-

-¿Los humanoides saben cocinar?- preguntó Tom entretenido con la idea.

-Sabemos de toda clase de cosas- contestó Alice también divertida por la broma y por la ironía del asunto- Está en nuestra naturaleza-

-¿Está en tu naturaleza hacer huevos revueltos y macarrones?- curioseó Tom tallándose los ojos.

-Si es lo que quieres desayunar sí- respondió Alice encaminándose de nuevo hacia la cocina donde se encargó de hacerle no sólo huevos revueltos a Tom, sino un fabuloso omelette de tres quesos y crema fresca y un platillo de macarrones como el que él quería.

-Deberías casarte con mi hermano- farfulló Tom entre bocado y bocado, tomando también sorbos del jugo de naranja fresco que Alice le sirvió para completar su desayuno. Ella también se sirvió un plato y se sentó frente a Tom en la mesa.

-¿Por qué?- quiso saber ella, entretenida por la manera en la que Tom intentaba hablar y comer al mismo tiempo. Por la forma y la velocidad en la que engullía los alimentos, Alice estaba segura de que Tom ya tenía mucha hambre.

-Así podrías alimentarnos a todos diariamente- musitó Tom relamiéndose de los labios los restos de crema que tenía en ellos- Deberías de ver nuestra dieta normal. Si no fuera por Silke y la gente del staff ya estaríamos o muertos o tremendamente obesos-

-Me alegra saber que te gusta mi comida- sonrió Alice antes de comerse un pequeño bocado de omelette- Pero si crees que esto es bueno espera a que vayamos con Selick, ella sí que es un as para la cocina-

-¿Los humanoides pueden especializarse en algo?- preguntó Tom interesado.

-En general sí- aclaró Alice interrumpiéndose de comer para explicarle a Tom- Todos tenemos conocimientos en todas las materias, pero podemos llegar a centrarnos en alguna en específico si sentimos una pasión especial por ella. Es algo de libre albedrío-

-¿Cuál es la tuya?- quiso saber Tom terminando con sus macarrones, asegurándose de limpiar bien el plato con el tenedor.

-¿Mi materia?- repitió Alice asegurándose de haber comprendido bien la pregunta- Bueno, es difícil ya que me gustan muchas cosas. Pero podría decir que la actuación, la gimnasia y la pintura-

-Son muchas materias, ¿No crees?- sugirió Tom riéndose.

-Espera a que conozcas a Briant- añadió Alice riéndose también mientras pensaba en Briant- Él tiene como doce materias y es buenísimo para todas-

-Buenos días- los interrumpió Bill entrando a la estancia del comedor, donde Tom ya había terminado pero Alice ni siquiera había comenzado por haber estado hablando con el gemelo de Bill.

-Buenos días, cariño- le respondió Alice el saludo. Tom no había respondido aún debido a que se estaba acabando lo que le quedaba de jugo en el vaso. Una vez que su hermano estuvo frente a él detrás de la silla de Alice se dedicó a levantar ambas cejas a manera de saludo.

-Buenos días, malcriado- le repitió a su hermano a la vez que Bill le daba a Alice un beso ligero en los labios.

-Buenos días, papá- contestó Tom atragantándose con el jugo- Casi me matas por saludarte ¿Ahora estás contento, Bella Durmiente?-

-Diría que sí, si no comieras como un troglodita ¿Qué es todo este desastre?- preguntó Bill haciendo referencia al reguero de comida que había alrededor de los dos platos de Tom.

-Se llama "El desayuno que nos hizo Alice hoy"- reveló Tom levantando un dedo como si estuviera remarcando un punto importante- Me hubieras acompañado a disfrutarlo si hubieras llegado más temprano-

-Vaya, que lástima- suspiró Bill falsamente triste actuando extremadamente teatral para después cambiar su mueca por una sonrisa animada. Por el momento ni siquiera se acordaba de la comida de dentro de unas horas- Supongo que me serviré un plato y acompañaré a Alice a desayunar ya que al parecer tú no la dejaste-

-¡Dios santo, es cierto!- exclamó Tom avergonzado observando que el plato de Alice seguía casi intacto a excepción de un pequeño corte que tenía el omelette- Discúlpame por favor, Alice. No me di cuenta de eso por andar de preguntón-

-No hay problema Tom- replicó Alice dedicándose ahora sí a comer al mismo tiempo que Bill se sentaba a su lado a la cabecera de la mesa, justamente entre ella y Tom- Ha sido un gusto platicar contigo-

-¿Platicar de qué, eh?- cuestionó Bill interesado y a la vez contento porque Alice y su hermano se llevaran tan bien. Desgraciadamente para Tom, él no hacía buenas migas con Annya. Y tampoco es que tuviera ganas de.

-Alice me estaba contando tan solo una de las infinitas gracias de ser un humanoide- explicó Tom levantándose de la mesa mientras se limpiaba la boca con la servilleta de tela que tenía en el regazo- Gracias por el desayuno, Alice encanto. Fue una delicia. Ahora, si todos me disculpan iré a darme una pulida antes de salir a nuestra reunión de hoy-

Una vez que dijo “reunión”, súbitamente Bill y Alice se miraron mutuamente y de repente se sintieron muy nerviosos. Ambos habían olvidado por completo la comida y Alice se dio cuenta de que además de ser ya la una de la tarde aún no habían ni siquiera terminado de desayunar. Bill, por otro lado, sintió de nuevo los nervios subiéndosele a la cabeza mientras pensaba en Briant, Selick y los demás obstáculos que estaba por enfrentar en menos de dos horas.

En silencio, Bill y Alice comieron su desayuno sumergido cada uno en sus pensamientos. Bill abrió la boca a punto de decir algo, pero entonces se escuchó el ruido de la puerta a la distancia y los sonidos de voces de tres hombres junto con su alboroto.

-¡Buenos días familia!- gritó Andreas con una sonrisa entrando por el arco de la sala- ¡Trajimos el desayuno!-

-Uy, creo que se te hizo unas horas demasiado tarde; querido amigo- le sonrió Tom a Andreas por el pasillo, quien acababa de salir de bañarse y caminaba en bata hacia ellos. Acostumbrados a vivir en una casa de puros hombres, los muchachos tenían muy poco tacto en lo que a la presencia de Alice se refería- Ya desayunamos gracias a la adorable Alice-

-Vaya, que lástima- exclamó Georg entrando al comedor detrás de Andreas, cargando unas bolsas de McDonald’s en las manos- Y nosotros que traíamos comida llena de conservadores y demás delicias reventadoras de arterias-

-Que detalle el suyo, muchachos- sonrió Bill de forma bastante tiesa observando a los chicos que apenas llegaban. Notó que todos traían la misma ropa que la noche anterior, así que supuso que habían pasado la noche en la casa de algunas mujeres- Si gustan pueden acompañarnos todavía al desayuno, aunque Alice y yo estamos a punto de terminar-

-Nos encontramos para desayunar, gracias- le agradeció Andreas a Bill palmeándose el abdomen en señal de satisfacción- ¿Tienen planes para hoy?-

-De hecho, en un par de horas tenemos una comida- explicó Tom sentándose a la mesa con el cabello escurriéndole de mojado. La mirada que Bill le dedicó a Tom indicaba que Tom acababa de meter la pata en grande.

-¿Ah sí?- preguntó Gustav sentándose a la mesa junto con el resto de los muchachos, quienes rodearon a Alice y a Bill en la mesa- ¿Dónde o con quién?-

-Vamos a ir a comer con mi familia- sonrió Alice a todos los presentes ignorando la forma en la que Bill cerró los ojos. Ahora el plan secreto ya no era un plan secreto y tendría que contarles a todos acerca de la condición de Alice y los suyos- ¿Quieren acompañarnos?-

-¡Claro! ¡Por supuesto!- comenzaron a exclamar los chicos, todos emocionados ya que odiaban admitir que no tenían nada más que hacer hoy que mirar el futbol en la sala.

-¿A qué hora nos vamos?- preguntó Georg recargando un brazo en la mesa, entusiasmado con el plan.

-A las dos- contestó Alice sin darle tiempo a Bill de hacerlo, cada vez se le salía más y más la situación de las manos- Está un poco lejos así que tenemos que salir temprano-

Emocionados, todos los muchachos excepto Bill se levantaron de la mesa y empezaron a hablar entre ellos sobre lo emocionante que sería conocer a la familia de Alice. Cada uno comenzó a caminar hacia la puerta y después se perdieron en sus respectivos cuartos para darse una ducha y cambiarse la ropa del día anterior.

-Alice- llamó Bill su atención. Alice sonreía impecablemente, contenta por el entusiasmo que habían demostrado todos los amigos de Bill- ¿No se suponía que el punto era que conocieran a tu nueva familia?-

-Todos ustedes son mi nueva familia- le contestó Alice sin dejar de sonreír. No entendía bien por qué Bill no estaba tan emocionado como ella lo estaba pero tampoco le prestó demasiada atención. Ya le preguntaría luego porque ahora comenzaban a estar cortos de tiempo- Voy a bañarme también, te veo en el cuarto-

Estupefacto por la manera en la que Alice había terminado con sus argumentos, Bill se quedó pasmado observando a Alice como se levantaba de su silla con su plato sucio en las manos para ir a dejarlo a la lavaplatos.

-¿Nos bañamos juntos?- le preguntó a gritos asomándose por la puerta para que lo pudiera escuchar a través del pasillo. Odiaba admitir que la idea de besar a Alice estando cubierta de su jabón de baño sonaba algo relajante ante la situación.

-Claro, necesito alguien que me enjabone la espalda- contestó Alice gritando también aunque sabía que no era necesario ya que su tono de voz era audible estuviera donde estuviera. Antes de perderse en el pasillo, le dedicó a Bill una sonrisa coqueta de manera intencional; dejándolo totalmente anonadado.

-Esta mujer me va a hacer polvo-suspiró Bill resbalándose con la espalda recargada en la pared de forma lenta hasta que quedó sentado en la alfombra del comedor.

Una hora después, dos aerodeslizadores convertibles salieron de la torre de departamentos donde vivían los chicos siguiéndose en fila hacia el lugar en el centro de la ciudad donde vivían Selick y Redgie.

-¿Crees que Selick me aceptará?- le preguntó Bill a Alice estacionando el coche. Tom se encontraba en la parte de atrás del auto mientras Alice estaba sentada de copiloto con un tazón colorado lleno de ensalada en los brazos.

-Le costará un poco de trabajo, pero supongo que sí- respondió Alice con una sonrisa nerviosa, tratando de aliviarse a sí misma. Una vez que ambos coches estuvieron en el lugar donde los dejaban para que los encargados del edificio los acomodaran, todos comenzaron a bajar de sus respectivos aerodeslizadores cada uno de ellos con sus lentes obscuros.

-Hola, buenas tardes- se dirigió Alice al portero que los observaba algo sorprendido ¿No eran por lo menos cuatro de ellos los chicos que aparecían diario en las noticias de la prensa sensacionalista?- Venimos al departamento del señor Redgie Ecker-

-Un momento por favor- pidió el portero revisando la lista de avisos del día. Efectivamente la señora del pent-house, había avisado que tendría invitados alrededor de las tres de la tarde. Una vez que estuvo seguro que eran ellos, le pidió sus identificaciones a cada uno y casi se cae de espaldas cuando leyó los nombres de las tarjetas. Todos eran celebridades de alguna u otra forma- Pasen, no hay problema-

Uno a uno, los chicos y Alice fueron recogiendo sus tarjetas de identificación ciudadana al mismo tiempo que comenzaban a entrar en el amplio ascensor de cristal que los llevaría al hogar de Selick y Redgie.

El timbre del ascensor les indicó que por fin habían llegado a su piso y cuando las puertas se abrieron, una mujer rubia y de felinos ojos verdes los recibió con seriedad.

-¡Selick!-exclamó Alice contenta saliendo primera para abrazar a Selick, quien en cuanto tuvo a Alice entre sus brazos sonrió también pero de una manera menos efusiva.

-Hola, Alice- contestó Selick con una sonrisa menor a la de Alice en los labios. Bill y Tom notaron esto, pero al parecer el resto de los muchachos estaban demasiado embobados contemplando la maravillosa y exótica belleza de Selick- ¿Quiénes son tus invitados?-

-Él es mi Bill- presentó Alice a Bill primero, tomándolo del brazo. Bill avanzó con rigidez el paso que lo separaba de Alice y se plantó con una sonrisa postiza ahí esperando a que Selick le diera el visto bueno. Alice intentó hacer especial énfasis en lo mucho que quería a Bill, intentando demostrarle a Selick que era más feliz con Bill que con Briant.

-Ya veo- dijo Selick observando a Bill discretamente de arriba abajo con su visión macroscópica- Tu Bill. Mucho gusto, Bill de Alice-

-Encantado- respondió Bill de manera ligeramente torpe pero sin dejar de sonreírle a Selick, quien lo miraba impasible.

-Selick; éste es Tom. Es el hermano gemelo de Bill- introdujo Alice a Tom, quien se unió a ellos con más facilidad ya que no era él el que estaba siendo evaluado por los ojos atentos de Selick.

-¿Gemelo, eh?- preguntó Selick sonriendo por vez primera de una manera genuina y ligeramente burlona.

-Sí, así es- le sonrió Tom, cuyo instinto conquistador se había disparado desde el momento en que vio a Selick desde su sitio en el cubículo del ascensor. Su belleza era sencillamente atrapante y sus ojos enormes y misteriosos no hacían más que cautivarlo- Sé que no es muy grande el parecido, pero así es-

-¿Estás bromeando? Son idénticos- dijo Selick con ironía, quién a diferencia de Alice sí podía manejar perfectamente todas las expresiones humanas ya que ella y los demás humanoides habían seguido asistiendo a sus clases de Humanidad en Astrella.

-Y ellos son mi demás familia: Andreas, Gustav y Georg- añadió Alice pasado un momento en el que Selick se quedó contemplando a Tom directamente a los ojos con una sonrisa siniestra, que no le gustaba nada a Alice pero tenía hechizado a Tom.

Los demás implicados, una vez mencionados se unieron también al grupo desviando por fin la atención de Selick. Ésta se dedicó a saludarlos a todos como buena anfitriona que era e hicieron entre todos un poco de conversación parados en el umbral del recibidor de la casa de Redgie y Selick. Pasados unos minutos, Bill observó a un hombre pelirrojo y alto que caminaba hacia ellos. Tenía un aire amistoso y conversador y a diferencia de Selick sonreía ligeramente. Esperaba que no fuera Briant, ya que aún no se encontraba listo para encararlo.

-Buenas tardes- habló Redgie con su voz marcadamente varonil y fuerte, llamando la atención de todos los presentes; quienes se callaron y observaron en silencio al recién llegado- Ustedes deben ser la familia de Alice-

Al escuchar la palabra familia, Alice y sus muchachos se sintieron más cómodos ya que notaron que la voz de Redgie no era de molestia como la de Selick sino que por el contrario intentaba mostrarse lo más cordial posible.

-Es un gusto verte de nuevo Alice- le sonrió acercándose a ella. Los demás abrieron paso para que Redgie pudiera acercarse a Alice, quien la abrazó y le dio un beso en la mejilla que correspondió Alice.

-Chicos, él es Redgie Spencer Ecker. Marido de Selick- lo presentó Alice a todos los congregados allí. Todos los muchachos se sintieron ligeramente intimidados ante la presencia de Redgie, quien era de su mismo tamaño pero sin embargo despedía un aura de poder.

-Llámenme Redgie- aclaró este sonriéndole ampliamente a todos, calmándolos.

Apenas estaban estrechando manos entre todos, cuando el sonido de un timbre se escuchó por toda la casa. Inmediatamente, todos excepto Alice, Redgie y Selick se volvieron hacia el elevador buscando al recién llegado. Entre tanto, Alice, Redgie y Selick se observaban entre ellos fijamente. Bill tragó con dificultad debido a que sabía quién debía ser, sus manos comenzaron a temblar imperceptiblemente debido al temor de saber quién estaba detrás de la puerta de titanio.

-Buenas tardes- dijo una voz masculina pero a la vez musical, dejándose escuchar en toda la habitación. Redgie y Selick le dirigieron una gran sonrisa en cuanto lo vieron caminar hacia ellos en la estancia, muy diferentes de Alice quien prefería no mirarlo. Quizás no había medido muy bien lo incómodo que podría llegar a resultar esto.

-Chicos, él es Briant Joseph Project- dijo Alice con voz tímida sin mirar a Briant. Todos los muchachos se quedaron pasmados ante la imponente figura de Briant, quien era si acaso uno o dos centímetros más alto que ellos.

-Marido de Alice- completó Selick la presentación con una gran sonrisa mientras Bill sentía que el aire no le llegaba a los pulmones.


2 comentarios:

@ZaybetFrias dijo...

"Mucho gusto Bill de Alice" ¡Ja! Que risa. xD

Y la otra… ya dos patadas a Selick sí le ando dando ¡Eh!

Itzel dijo...

"-¿Nos bañamos juntos?- le preguntó a gritos asomándose por la puerta para que lo pudiera escuchar a través del pasillo. Odiaba admitir que la idea de besar a Alice estando cubierta de su jabón de baño sonaba algo relajante ante la situación.

-Claro, necesito alguien que me enjabone la espalda- contestó Alice gritando"... Ö! ¡Niños, a ver qué hacen! xD eso estuvo genial! y no soy pervertida, antes de que la linda Zaybet Zandervang lo vea xD

"Mucho gusto, Bill de Alice" Jajajajaja, eso estuvo muy bueno

"-Marido de Alice- completó Selick la presentación con una gran sonrisa mientras Bill sentía que el aire no le llegaba a los pulmones." ¡Hija de la...! ¡Qué tiene esa niña en la cabeza! ¿Cables?... Desgraciada!...

Lo siento, pero eso se me hizo muy injusto. Si se le ve a la Selick lo maldita xD ¡ya!, mejor me callo. Lo siento :( Pero no lo pude evitar

Muy bueno, sobre todo Bill, quedándose sin aire por el niñito este.

Espero el que sigue... después del que viene xD...

Besos!

S.K