27 de enero de 2012

Madre



Madre by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

-No puedo creer que estemos haciendo esto...-musitó el enfadado vocalista, molesto ante el hecho de tener que estar ahí por compromiso y más por uno tan grande.

Detrás de él, su novia, una hermosa criatura de cabello negro que le caía por los hombros, y su hermano, un alto y bronceado hombre de alrededor de 1.90 de estatura, lo miraban de maneras bastante diferentes.

-¿Por qué está así?-le preguntó la delgada y estilizada mujer al hombre que venía a su lado.

-Esta situación no le gusta-explicó su interlocutor, sonriendo abiertamente mientras los tres avanzaban por la pista de aterrizaje-Siempre que se encuentre incómodo en un lugar se va a portar así-

-Pero... ¿Es mi culpa?-quiso saber Alice, caminando a un lado de Tom.

-No-le contestó éste de inmediato-Lo que pasa es que... bueno, ya lo verás...-

-¿Crees que no le agradaré a tu madre?-inquirió la humanoide, cada vez más nerviosa a cada segundo que pasaba.

-No es eso-le aseguró el mayor de los hermanos Kaulitz-Lo que pasa es que... mi mamá es una persona un tanto difícil cuando se lo propone y... cuando llegues allá te darás cuenta de por qué ninguno de nosotros está casado todavía-

-¿Exigente?-preguntó Alice, sonriendo de manera imperceptible por debajo de sus enormes gafas Chanel.

-Demasiado-contestó Tom a su sonrisa con una idéntica-Lo que pasa es que somos sus...-

Recibidor de Simone y Gordon
-¡Bebés!-exclamó una voz femenina, dulce y tierna, en cuanto los dos hermanos pasaron a través de la puerta de entrada de la residencia en la que vivía su madre con su padrastro. De inmediato, una mujer idéntica a Bill salió a recibirlos, su cabello castaño avellana ondeando detrás de ella.

-Mamá...-replicaron ambos con tono resignado. No les gustaba que los llamara "bebés" cuando ya tenían más de veinte años y medían casi dos metros de estatura.

-¡Que gusto me da verlos!-insistía la progenitora de los gemelos, sin darse abasto para tomarlos entre sus brazos. A su lado, aquella tierna mujer parecía muy pequeña. Detrás de ella, un hombre de rasgos gentiles y mirada perspicaz observaba a los chicos, quienes, una vez que hubieron terminado de ser apapachados por su madre, avanzaron hacia él.

-Hola, Gordon-dijeron los gemelos a coro, de manera respetuosa.

-Buenos días, muchachos-les sonrió el hombre, antes de tomar a cada uno de ellos entre sus brazos cariñosamente pero sin serlo demasiado, a diferencia de su madre. Acabado todo aquél espectáculo amoroso, Bill se centró de inmediato en el punto principal de aquella visita: presentarle a Alice a sus padres.

-Ah... ven, amor-llamó el vocalista a su novia, quien permanecía en silencio aún en la entrada. De inmediato y sin disimularlo si quiera, Simone Kaulitz fijó sus inteligentes ojillos castaños en la figura de aquella extraña mujer que su hijo había traído a casa; Gordon, por su parte, fue un poco más discreto. En silencio, la humanoide avanzó hasta la posición del cantante, quien de inmediato le tendió su mano en un gesto protector. Calladamente, se tomaron de las manos, permaneciendo en el centro de aquél extraño círculo que se había formado en torno a los dos-Mamá... Gordon... ella es Alice, Alice Project. Es mi novia-

El momento que siguió a aquél instante, durante los segundos que duró, resultó tremendamente incómodo. Sin intentar ser cordial, Simone le echó una mirada de pies a cabeza a Alice, inspeccionándola: su hijo sabía bien lo exigente que podía llegar a portarse con las mujeres de ambos. A primera vista, le pareció una criaturita simpática, seguramente modelo de revista, con sus rasgos avispados y esos tremendos ojos azules que le conferían una apariencia inocente pero inteligente al mismo tiempo. La piel blanca como de porcelana, los labios rosados y carnosos y la nariz de una curvatura perfecta. El cuerpo intachable, la vestimenta elegante y juvenil al mismo tiempo. Sinceramente, estaba impresionada.

-Mucho gusto-intervino en voz alta la criatura, pensando que era lo correcto para decir en aquél momento.

-Mucho gusto-respondió Simone en un tono monocorde, intentando no dejar ver sus emociones a través de su voz, característica que compartía con su hijo menor-Entonces, ¿Alice, cierto?-

-Así es-contestó la muchacha, sin quitarle la vista de encima a su suegra. Si Bill había sido capaz de soportar a Selick y el resto de su familia, la humanoide bien podía ingeniárselas para tolerar el nada sutil escrutinio de la madre de los gemelos.

-Está bien-expresó Simone, como si quisiera restarle importancia al asunto. Sin embargo, todos los allí presentes excepto Alice sabían que las cosas todavía no "estaban bien"-Ahora, vamos a preparar el desayuno, ¿Quieren? Me muero de hambre-

-¡Yo te ayudo!-se ofreció Bill de inmediato, sabiendo que probablemente así podría saber un poco más acerca de la opinión de su madre con respecto a su novia.

-Será todo un gusto, cariño-le sonrió la mujer a su hijo menor, comenzando a avanzar hacia la cocina-Gordon, tú y Tom coloquen los cubiertos y la mantelería. Alice... puedes ir al jardín si te place-

Cocina de Simone y Gordon
-Mamá, verás... Es que Alice... Bueno, Alice es diferente a las demás chicas-comenzó a explicar Bill  recargado en un mostrador en la cocina de su mamá, mientras observaba a su novia a través del ventanal que daba al jardín trasero de la enorme y hermosa casa de sus padres.

-Claro que es diferente, mi amor- le respondió Simone al cantante con una gran sonrisa, al mismo tiempo que escurría unas piezas de brocoli que acababa de lavar para el desayuno- Es tu novia. Por supuesto que tiene que ser diferente. Aunque diferente no es precisamente la palabra que yo usaría. Yo la llamaría especial-

-No, mamá. Es que... No es eso- tartamudeo el vocalista, nervioso por cómo pudiera reaccionar su madre a la noticia que tenía que darle. Lo habían hablado con Alice antes de partir de casa y entre los dos decidieron que era lo correcto- Sí es especial como persona, pero también es especial como algo más...-

-Billy, cariño. No entiendo que me quieres decir- confesó la mujer, observando cariñosamente a su hijo sin desatender sus tareas, dándole así tiempo para que acomodara sus ideas.

-Mamá- respiró profundamente el músico, sintiendo que se derrumbaba por dentro a causa de los nervios- Alice es una humanoide-

Durante unos segundos después de que Bill hubo hablado, un incómodo silencio se creó entre las dos personas que se encontraban en aquella cocina. Más, apenas segundos más tarde, Simone estalló en carcajadas, tan fuertemente que dejó caer el escurridor que tenía entre sus manos.

-Billy, corazón- alcanzó a decir su mamá, interrumpiendo momentáneamente sus risas- Crei que ya habíamos superado esa cosa de los humanoides-

-¡Pero mamá!- chilló el frontman, desesperado por la incomprensión de su madre. Era la primera vez en su vida que sentia que ella de verdad no lo entendía- Esta vez hablo en serio, ella...-

-Mi amor... seguramente el vuelo te afectó la cabeza. Debes de tener algo de jetlag. Creo que deberías ir a acostarte un rato hasta que te sientas mejor-replicó Simone, observando con preocupación a su hijo el más pequeño-¿Qué te parece si por este momento me dejas consentirte y hablamos de este tema después? ¿Qué dices?-

-¡Mamá! ¡Por favor, no me trates como un bebé!- insistió Bill, sintiéndose tremendamente frustrado. Ni siquiera cuando era un adolescente se había visto obligado a pronunciar palabras como éstas- ¡Es más! ¡Ven! ¡Te lo demostraré!-

Sin darle más explicaciones, el líder de Tokio Hotel corrió hacia el patio, jalando tras de sí a su madre de la mano; quien cada minuto se sentía más preocupada debido a las palabras de su hijo. Llegaron al jardín trasero de la casa de Simone y Gordon, dónde Alice jugueteaba con el viejo Scotexx.

-¡Alice!- le gritó Bill a la distancia a su novia, quien lo escuchó un momento antes de levantar la mirada y verlo acercarse con su madre de la mano.

-¿Qué hay corazón?- contestó ella, interesada en el por qué Simone se veía bastante agitada y su hijo aún más.

-¡Arranca ese árbol, rápido!- le pidió rápido, cambiando de posiciones con su madre para que ella quedara al frente de aquella alocada carrera y no se perdiera ni un segundo de lo que Alice estaba a punto de hacer.

-¿Qué?-inquirió la humanoide, completamente perpleja ante semejante petición.

-¡Arranca el árbol!-repitió el cantante.

-Bueno...-replicó ella, aproximándose al árbol más grande que encontró en todo el jardín.


1 comentario:

Itzel dijo...

Ja! no le creyeron y lo tiraron de a loquito!!! xD