22 de abril de 2012

Ternura


Ternura by Diana Harlu Rivera on Grooveshark


-¿Alice?-llamó la tímida vocecilla, abrazándose al brazo derecho de la muchacha, el cual tenía cruzado sobre el pecho.


-¿Sí, mi cielo?-le respondieron dulcemente, estrechando el abrazo en torno a él.

-¿Tú me amas?-quiso saber el curioso, mientras acariciaba con su dedo pulgar el antebrazo de piel blanca e inmaculada.

-Por supuesto que sí-replicó la otra voz, la femenina, prodigándole un beso en  la cabeza a su interlocutor-Lo sabes. ¿Por qué la pregunta?-

-No sé... supongo que tenía miedo que todo esto fuese un sueño-confesó tímidamente el músico, quitándose del rostro un mechón de cabello negro que le caía sobre su ojo derecho-Todo parece tan... idóneo-

-No todo, amor-lo contradijo por vez primera la criatura, haciendo que el sujeto entre sus brazos se extrañase y voltease a mirarla-

-Tom-enunció ella claramente, en aquella única palabra, donde ambos enamorados tenían puestas sus preocupaciones. Si bien la segunda de ellos no guardaba ningún lazo consanguíneo con el implicado, a diferencia del primero, le dolía en el alma su penosa situación.
Sala de los Kaulitz

-Ah... eso-musitó en respuesta el humano, volviendo a acomodarse contra el pecho de la hermosa humanoide-Yo... ya ni siquiera sé qué pensar-

-Entiéndelo-le rogó la compasiva belleza, acariciando con su pulgar derecho la mejilla de su amado, mientras ambos veían al sol esconderse después de otro maravilloso día juntos-Para él esto es muy difícil-

-¿Esto qué?-interrogó el menor de los hermanos-¿Ser fiel? Vamos, no es imposible cuando estás enamorado-

-Tal vez para ti no-replicó la mujer, tomándolo por los hombros para, con delicadeza, acercarlo a sí-Pero para él puede suponer algo un tanto más complicado. ¿Cuántas veces lo habías visto así antes?-

-Ninguna...-confesó el sujeto, dubitativo; tal vez la dama tenía razón-Pero yo tampoco me había sentido así antes y jamás tuve problemas-

-Con todo respeto, mi vida, fue porque tú no te dabas la oportunidad-le recordó la pelinegra, intentando calmarlo haciendo círculos en su pecho con ambas manos-Tú ya me estabas esperando. Para tu hermano es un poco más complejo que eso. Además... no es que Frances  y yo podamos darles siempre lo que necesitan...-

-¿A qué te refieres con eso?-quiso saber el vocalista, girándose de nuevo para ver a su novia.

-¿Por qué crees tú Bill que no tenemos sexo todos los días?-le cuestionó abiertamente la criatura, mirándolo sin miedo.

-Porque no somos de esa clase de personas-contestó él a la primera, seguro de sí mismo.

-No, cariño-lo contradijo ella, mirándolo con dulzura-Es porque me cuesta un trabajo enorme-

-¿A qué te refieres?-exigió él, escandalizado.

-No es lo que piensas-intentó tranquilizarlo la novia, tomándolo de las manos-No es tu culpa, es mía. Y digo que me cuesta un trabajo enorme no porque no me guste estar contigo, sino por mi... condición. Ser humanoide no es sencillo. Contar con una fuerza que puede destrozar lo que sea no es fácil y, por consiguiente, tenemos que medir absolutamente todo con tal de parecer normales-

-Entonces tú...-

-Requiere un enorme esfuerzo mental el que yo, o cualquier otro humanoide, pueda tener sexo con un humano-terminó de explicarse la mujer-Es una cantidad magna de cálculos, precauciones y cuidados los que tenemos que estar vigilando, por eso terminamos exhaustas-

-Amor...-susurró él en respuesta, acariciando el rostro compungido de su dulce compañera-No tenía la menor idea...-

-No es algo que los humanoides solamos predicar por todos lados-confesó la pelinegra-Y tampoco es que nos encante que sea así. Así que supongo que Tom tampoco sabía esto-

-Me imagino que no... hay muchas cosas que en realidad no sabemos de ustedes-puntualizó el hombre, poniéndose a pensar mientras lo hacía-De hecho, hay una duda que tengo desde hace tiempo...-

-¿Qué es, mi cielo?-cuestionó la criatura, observándolo con mucha atención.

-Quería saber... bueno... ¿Qué pasará cuando yo envejezca?-quiso saber el humano, mirando con atención el rostro inmaculado y falto de arrugas o manchas de su novia, sobre el cual caía la luz del crepúsculo, bañándolo en un haz de luz dorada.

-¿A qué te refieres exactamente?-interrogó la humanoide.

-Tu rostro, tu cuerpo... tú, físicamente hablando-repuso el pelinegro-Ahora soy joven y tú también... pero llegará un día en el cual yo ya no lo seré. Me saldrán arrugas... mi cuerpo cambiará... y tú, bueno, supongo que seguirás... así. No creo que esté en tus características el envejecer. ¿Qué pasará entonces? Cuando parezcas primero mi hermana, después mi hija... y tal vez hasta mi nieta...-

-Te equivocas en tus nociones, Bill Kaulitz-le contestó ella con una sonrisa, alegre de poder responderle a esta pregunta sin sobresaltos-¿Tú piensas que no puedo cambiar?-

-Efectivamente-confesó él, seguro de lo que decía.

-Vamos a ver...-musitó la criatura, sin poder parar de reírse: siempre había querido hacer eso. 

Concentrándose en exceso, Alice Project cerró sus ojos tiernamente, como si se fuese a dormir, mientras pensaba de manera intensa. Frente a ella, Bill la observaba con atención, esperando que algo sucediese y, para su sorpresa, lo hizo. Lentamente, el bello rostro de la humanoide fue poblándose de arrugas, de pequeños pliegues de piel los cuales aumentaban conforme pasaban los segundos, su cabello, de igual manera, se fue tornando blanco hasta que de su espesa cabellera negra no quedó ni un rescoldo y su cuerpo se modificó paulatinamente, tomando primero las formas de una mujer madura, más tarde las de una anciana. Maravillado, el cantante no podía quitarle la mirada de encima.

-¿Cómo...?-

-Puedo ser tan joven o tan vieja como sea mi voluntad-le explicó ella, regresando a su forma original, antes de abrir de nuevo los párpados-El tiempo no es un obstáculo para mí-

-Ya me dí cuenta...-susurró el hombre, maravillado.

-Además de que... tengas veinte años o sesenta... te seguiré amando siempre-prometió la dulce mujer, abrazando al individuo que tenía frente a sí por su estrecha cintura.

-Siempre...-repitió él, antes de prodigarle un beso en los labios a su compañera.


1 comentario:

Itzel dijo...

Ay, mi vida! :3

¿Y cuando él muera? ¿Ella qué, se va a sobrecargar la pila, darse una descarga que le queme los circuitos o qué? xD... Y hablo en serio :´3