9 de octubre de 2011

Nunca mejor






Tan pronto hubo sonado la alarma, mentalmente él la apagó de inmediato, antes de levantarse como bólido, rápido y decidido, para dirigirse hacia el baño, en donde se tomó más tiempo del usual duchándose, mientras cantaba viejas canciones que recordaba como si las hubiera escuchado apenas el día anterior. Para su propia sorpresa, recordaba más de las que pensó en un inicio y, contento por este hecho, se desquitó cantándolas briosamente, hasta que finalmente se hubo encontrado completamente limpio.


Baño de Bill

Una vez que hubo salido del baño, el delgado hombre, el cual se encontraba envuelto en una mullida bata de toalla negra, caminó a través de la recámara hasta su vestidor, de donde tomó las ropas más extravagantes que se encontró en su armario, en una especie de celebración privada y personal. De igual manera, se arregló el cabello, cosa que ya raramente solía hacer, y se delineó sus hermosos ojos con marcado entusiasmo. Una vez que se hubo terminado de arreglar, salió sonriente de la recámara, cantando aún a todo pulmón, para ir a buscar a su hermano a la alcoba de éste.

Ahí, un deprimido Tom Kaulitz daba vueltas en su cama, mientras, en su mente, el susodicho soñaba que corría y corría a lo largo de un enorme laberinto blanco, a través del cual perseguía a una delgada Annya enfundada en un vestido de cola larga y gaza blanca.

-¡Anny! ¡Anny!-gritaba en el sueño, luchando por alcanzarla, mientras ella se burlaba de él, riendo con aquella melodiosa voz suya, mientras seguía avanzando impasible, metros por delante del guitarrista.


Recámara de Tom

-¡Thomas!-exclamó una voz diferente, despertando a uno de los atractivos productores de Tokio Hotel, quien, asustado, pegó un gran brinco, a causa del sobresalto.

-¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Anny?-balbuceaba el torpe moreno, oteando con la mirada hacia todos lados mientras, sentado en la cama frente a él, su hermano lo observaba con una expresión entretenida en su rostro.

-¿Disculpa?-replicó Bill, antes de pasar por alto el ataque de histeria de su hermano; el cual, al darse cuenta de dónde y con quién se encontraba, se repuso y, acto seguido, se dejó caer de espaldas sobre el colchón.

-Macky...-rumió, como si se tratase de una maldición.

-El que viste y calza-repuso éste con entusiasmo-¿Qué? ¿Vamos a salir?-

-¿Salir? ¿A dónde?-contestó Tom encamorrado, sus ojos fuertemente cerrados debido a la luz que le entraba de lleno por las ventanas y lo deja casi ciego cuando se despertó.

-No sé, a cualquier parte-contestó su hermano menor-A desayunar, preferentemente. En esta casa ya no hay ni catsup para comer-

-¿Catsup?-interrogó Tom, sin saber por qué Bill había hecho referencia a semejante condimento.

-Sí, catsup-confirmó el pelinegro, dejándose caer al lado de su hermano mayor en la cama, el cual gimió cuando sintió el golpe del hombro de Bill contra el suyo-¿No has visto películas? En las películas, lo último que se acaba dentro de los refrigeradores es la catsup-

-Ah, mira... como soy todo un cinéfilo...-contestó el guitarrista de manera sarcástica-¿De verdad quieres ir a desayunar?-

-¡Quiero salir!-exclamó el hombre a su lado, extendiendo sus largos brazos negros hacia el cielo-Quiero ir a la calle, a tiendas, al cine, a una fiesta... quiero ir a todos lados-

-Ah... fabuloso...-repuso torpemente el mayor de los Kaulitz, volviendo a abrir los ojos, esta vez más acostumbrado a la luz-Pues... como quieras, no tengo nada que hacer hoy-

-¿No vas a salir con Annya?-interrogó pertinentemente el frontman de Tokio Hotel, con tono un tanto resentido. Sabía, aún entre todo su enamoramiento, que la impertinente noviecita de Tom podía arruinar todos sus planes.

-Sí, sobre eso...-

-¿Qué?-

-Ya no salgo con ella-escupió Tom de una vez por todas, cerrando los ojos al hacerlo, como si le causara dolor físico hacerlo-Tuvimos una discusión y ella...-

-¿Sabes qué? Guárdatelo para después-interrumpió Bill a su hermano-No es que no me interese, pero, de verdad, no quiero que ella arruine la oportunidad que tenemos hoy de pasar tiempo juntos. Simplemente... déjala para más tarde y te prometo que te ayudaré con ello-

-¿Lo prometes?-inquirió Thomas, sabiendo bien que el terreno fuerte de su hermano era el sentimental.

-Con todas y cada una de las fibras de mi ser-expresó el hijo menor de Simone Kaulitz, sin sentir en realidad lo que decía-Anda, muévete-

Y, una vez dicho esto, Bill fue el primero en ponerse de pié para salir por la puerta de la alcoba de Thomas, consciente de que éste necesitaba cierto tiempo para acicalarse y estar presentable para salir en sociedad. A sabiendas de que no se quitaría a su hermano menor de encima, Tom supo que no le quedaba de otra que hacer todo lo posible para que su gemelo pasara un buen rato, cosa que parecía no haber sucedido en largo tiempo. Aún así, se tomó su tiempo para mandarle un holomensaje a Annya, el cual decía: 

"Necesitamos hablar, dame una oportunidad."


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